El asesinato de un niño de nueve años, que fue imputado a su ex padrastro, conmocionó hoy a la sociedad argentina y se convirtió en el segundo caso de este tipo tres meses después del secuestro y muerte de una menor de 11 años.
Anoche, la policía encontró en un descampado el cuerpo de Tomás Dameno Santillán, un menor que había desaparecido hacía tres días en la localidad de Lincoln, en la provincia de Buenos Aires.
Las primeras pericias revelaron que el niño fue asesinado con golpes en la cabeza y, en medio del escándalo, la policía detuvo al ex compañero de su madre, Raúl Adalberto Cuello.
Es tan fuerte la convicción de que el hombre fue el asesino que, aun sin indagarlo, el fiscal Javier Ochoaizpuro le imputó el delito de homicidio agravado.
Mientras el niño era sepultado este viernes, en medio de una procesión multitudinaria, trascendieron las declaraciones que su madre, Susana Santillán, hizo a los investigadores y que convirtieron a Cuello en el principal sospechoso.
La mujer reveló que hace algunos meses se separó de Cuello y éste siempre culpó a Tomás del alejamiento de la pareja, e incluso le rompió sus juguetes y fotografías.
Según otros tres testigos, en alguna oportunidad escucharon a Cuello decir que iba a matar a Tomás y que le iba a pegar a la mamá 'en donde más le dolía'.
En agosto pasado, una situación similar mantuvo en vilo a los argentinos ya que Candela Rodríguez, de 11 años, fue secuestrada y su caso se convirtió en una causa nacional que terminó de la peor manera, cuando 10 días más tarde la encontraron asesinada.
El cuerpo de la menor estaba en un descampado y la autopsia reveló que, además, había sido violada, en un caso en el que se siguen investigando venganzas entre tenebrosos personajes del crimen organizado.
