Cientos de organizaciones realizarán la semana próxima una magna concentración en la Plaza de Mayo para conmemorar el décimo aniversario de la grave crisis que terminó con la caída del ex presidente de Argentina, Fernando de la Rúa.
Partidos políticos y grupos sindicales, estudiantiles y de derechos humanos ya convocaron a una serie de actos y marchas que comenzarán el 19 de diciembre y concluirán al día siguiente y que también tendrán lugar en varias ciudades del país.
Se prevé que las jornadas serán multitudinarias, sobre todo porque el escenario político, económico y social que se vive en Argentina es completamente opuesto a la incertidumbre que primó en el trágico fin de año de 2001.
El clima de conmemoración ya comenzó a evidenciarse con la presentación de los libros 'Que se vayan todos', escrito de manera colectiva por líderes sociales y 'La rabia', del periodista Rodolfo González Arzac, quien cuenta historias de víctimas de la crisis.
La gran crisis comenzó a principios de diciembre de ese año, cuando el entonces ministro de Economía, Domingo Cavallo, anunció un tope de retiro de ahorros bancarios, el famoso 'corralito' que en realidad representó la confiscación del dinero de los ciudadanos.
El clima de inestabilidad terminó de estallar el 19 de diciembre, cuando cientos de miles de personas marcharon en las principales ciudades del país con ollas, sartenes y cucharas para armar un 'cacerolazo' contra el estado de sitio decretado por De la Rúa.
Los manifestantes fueron recibidos con represiones policíacas que dejaron un saldo de 38 muertos y cuyos familiares, 10 años después, aún siguen esperando que se haga justicia porque todavía no hay responsables de los asesinatos.
Con tantos muertos encima, sin ningún tipo de respaldo interno o externo, a De la Rúa no le quedó más que renunciar a la Presidencia sólo dos años después de haber asumido y dejado al país sumido en un caos al que no se le veía salida.
El ex presidente dejó una de las postales más tristes de la historia argentina al huir de la Casa Rosada en un helicóptero, mientras en la Plaza de Mayo la tensión seguía latente entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes.
Su salida aumentó la inestabilidad política y, en sólo 10 días, Argentina tuvo cinco presidentes, hasta que el 2 de enero de 2002, Eduardo Duhalde asumió como interino y logró permanecer en el cargo hasta que el año siguiente le entregó el poder a Néstor Kirchner.
Argentina sufría entonces una pobreza del 54 por ciento, había gente recogiendo restos de comida de la basura, organizaciones de trueque ante la falta de dinero, un puñado de 'cuasimonedas' para suplir al desacreditado peso nacional y un gobierno débil.
Ahora, la pobreza es del 8.0 por ciento, ya no existe el trueque ni la miseria extrema ni las 'cuasimonedas' y Cristina Fernández de Kirchner comenzó ya el tercer periodo de gobierno kirchnerista con la fortaleza del 54 por ciento de los votos recibido en las elecciones.
