Esperanza. Ignacio y Carlos recibieron un trasplante de células madre y gracias a esta intervención, hoy gozan de una mayor calidad de vida.
Cuando caminaba en el bosque, don Carlos se detenía cada 300 metros para tomarse una píldora porque sentía un intenso dolor en el pecho que no le permitía seguir avanzando. Hoy recorre cuatro kilómetros diarios y esa punzada ya no existe.
Por su parte, don Ignacio tuvo cinco operaciones de bypass y aún así, no podía recuperar su vida normal, pues el dolor no se iba.
"Ahora no paro, soy herrero y hago de todo, como un jovencito, me siento rejuvenecido", dice el hombre de 60 años.
Carlos e Ignacio padecían una cardiopatía isquémica y recibieron un trasplante de células madre, lo que incrementó considerablemente su calidad de vida.
Estos hombres dicen que se olvidaron del dolor y las intervenciones y aseguran que ahora viven la vida al máximo.
Rubén Quiñones, cardiólogo en el Hospital Universitario, explicó que el transplante de células madre no es algo lejano, pues comenzó en México en el año 2004.
A través de un aparato denominado aféresis, los hemtólogos pueden obtener de un paciente 80 centímetros cúbicos de sangre y en ella, un millón de células madre.
Explicó que, en México, al tener una cardiopatía isquémica, el 65 por ciento de los pacientes varones y el 47 por ciento de las mujeres desarrollan una insuficiencia cardiaca durante los siguientes cinco años y mueren.
"Es una mortalidad muy alta", manifestó el médico.
Carlos fue el primer paciente operado con trasplante de células madre en el Hospital Universitario, en noviembre de 2008.
Ignacio tuvo su operación en este mismo nosocomio en abril del año pasado.
Quiñones dijo que son mil pacientes en todo el mundo los que han sido intervenidos en esta forma, según datos de la Clínica Mayo, de Minnesota.
El médico señaló que en las cardiopatías todo es paliativo, pues no hay cura, sin embargo, indicó que con este tratamiento se logra un aumento considerable en su calidad de vida.
Carlos ya no requiere de su medicamento para dilatar las arterias y continuar su camino diario en el bosque Venustiano Carranza, mientras que Ignacio sólo acude a un simple chequeo de rutina pero ya no ha necesitado más operaciones.
Quiñones refirió que en el Hospital Universitario se han realizado tres operaciones de este tipo, que proporcionan años con más calidad de vida a los pacientes.
"Lo que faltan son recursos, para más operaciones", comentó el especialista. Cada operación cuesta alrededor de 130 mil pesos, pero al paciente sólo se cobra el material que se consume.
Ignacio recuerda que antes de su operación se hallaba sumergido en una paranoia que giraba alrededor de su dolor, pero esto desapareció tras la intervención.
"No podía volver a mi vida normal, ahora vivo con más ganas, deja uno de pensar en cosas negativas y se centra en otras cosas, en vivir al máximo, en vivir bien", expuso.
Tanto Carlos como Ignacio actualmente mantienen una dieta sana y realizan ejercicio de manera regular, recomendaciones que recibieron tras la cirugía.
130
MIL
Pesos cuesta un trasplante de células madre.
IGNACIO
60 años
CARLOS
59 años