"¿Qué es la libertad de expresión? Sin la libertad de ofender no existe."
Salman Rushdie
Estamos viviendo tiempos políticos de gran turbulencia. Por eso se entiende la decisión del PRI de acudir al IFE para buscar que se censure al presidente por expresar un punto de vista.
Me parece, sin embargo, sumamente peligroso que los políticos busquen sancionar a las personas por expresar sus opiniones. Poco importa si se trata del presidente de la república o del más humilde de los ciudadanos.
Lo que dijo el presidente Felipe Calderón al periódico The New York Times ha sido ampliamente citado: "Hay muchos en el PRI que están de acuerdo con la política que yo tengo, o al menos lo dicen en secreto, mientras que en público pudieran decir otra cosa... Hay muchos en el PRI que dicen que los arreglos del pasado podrían funcionar ahora."
Ya sea por convicción, o por tratar de generar un ambiente hostil al presidente, muchos priistas se han rasgado las vestiduras. Esta actitud, honesta o no, ha llevado a la presentación de una denuncia contra el mandatario en el IFE.
Los voceros del gobierno argumentaron primero que el presidente había sido citado fuera de contexto y más tarde señalaron que se había referido a un priista en particular, a Sócrates Rizzo, el exgobernador del estado de Nuevo León (aunque Rizzo también ha señalado que no dijo lo que el presidente dice que dijo).
Uno podrá tener la opinión que uno quiera sobre lo que declaró el presidente. Algunos piensan que es falso, mientras que otros mantienen que es una afirmación que reconoce la manera en que operaba el PRI. Me parece que esto es opinable.
Lo que es un hecho comprobado es que el político que más abiertamente ha venido pidiendo una negociación con el narco, o cuando menos un cese al fuego, no es priista sino panista: se trata del expresidente Vicente Fox.
A mí me parece inaceptable, sin embargo, que en el perverso ambiente político en el que estamos viviendo en este momento se busque censurar al presidente, a un político o a cualquier ciudadano por la simple expresión de una idea. Un país que busca censurar las opiniones está en camino del autoritarismo, aunque el censurado sea un alto funcionario.
Lo curioso es que los priistas que buscan sancionar al presidente por sus declaraciones al New York Times son los mismos que constantemente lo han criticado a él. Parecería que buscan aplicar un rasero diferente al mandatario. Me dicen algunos priistas que esto se debe al hecho de que el presidente, debido a su investidura, debe atenerse a un código de conducta superior al que se aplica al resto de los ciudadanos.
Yo, sin embargo, no encuentro ninguna justificación para que haya reglas jurídicas o éticas distintas para el presidente que para el resto de los ciudadanos. Uno de los criterios fundamentales para cualquier sistema jurídico es que la ley se aplique por igual a todos.
No estoy seguro, por otra parte, que la afirmación del presidente haya sido falsa. Seguramente hay priistas que piensan que puede haber arreglos con el narco. Y ciertamente hay un panista que así lo piensa, que es el expresidente Vicente Fox.
La expresión de las ideas no debe ser objeto de censura. Si el presidente sugirió que algunos priistas quieren un arreglo con el narco, lo lógico es que los aludidos lo cuestionen y quizá adviertan que son algunos panistas, como Fox, quienes más han defendido este punto de vista.
Lo que no podemos aceptar los mexicanos es que se censure a nadie por la simple expresión de una opinión. Si lo aceptamos, no habrá forma de evitar que el país caiga nuevamente en el abismo del autoritarismo.
VINOS Y LICORES
Cincuenta por ciento de los vinos y licores que entran a México lo hace por contrabando. Esta situación es resultado de una política oficial. El excesivo impuesto a los vinos y licores sólo produce ilegalidad. Pero quizá esto es lo que quieren los políticos que han establecido estos impuestos.
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Sergio Sarmiento (oficial)