Adiós. Una religiosa se arrodilla ante el ataúd del Havel.
El pueblo checo dio el último adiós a Vaclav Havel, el último presidente de Checoslovaquia y primero de la República Checa, fallecido la víspera a los 75 años de edad en su casa de Bolonia por una insuficiencia circulatoria mientras dormía.
Desde las primeras horas de ayer lunes, miles de dolientes comenzaron a congregarse en la antigua iglesia de Santa Anna, en el centro de Praga, sede de la fundación Visión 97, para rendir homenaje al dramaturgo y artífice de la "Revolución de terciopelo" .
El féretro con los restos de Havel son expuestos al público, mientras el gabinete se reunió a puerta cerrada para definir los pormenores de los funerales de Estado y los días de luto nacional que serán declarados en honor del expresidente.
El primer presidente poscomunista de Checoslovaquia murió en su casa de Hradecek, al norte de República Checa, por una insuficiencia circulatoria, secuela de los problemas de salud provocados por una neumonía sufrida en años pasados.
Largas fila se formaron afuera del castillo de Praga para firmar libros de condolencias y dejar velas y arreglos florales, en memoria del expresidente Havel, según un reporte de la cadena alemana Deustche welle.
La Plaza de Wencelas, epicentro de la "Revolución de terciopelo" que derrocó al régimen comunista del país, se iluminó con cientos de velas, que los checos llevaron para despedir a Havel.
Un informe dado a conocer por la familia, asegura que el expresidente checo murió tranquilo, durante la noche, después de hacer planes con su esposa para las fiestas de Navidad.