La Casa Blanca y los republicanos del Congreso mantuvieron ayer una lucha ideológica sin cuartel sobre el alcance e impacto de los recortes presupuestarios para el año fiscal 2011, y la creciente amenaza de un cierre del Gobierno.
La lucha es tal que requirió la intervención personal de Barack Obama, cuya Administración insiste en que medidas parciales para el funcionamiento del Gobierno sólo perjudican la recuperación económica. Así, en sendas conferencias de prensa, tanto Obama como el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, mantuvieron posturas inamovibles sobre el rumbo de las negociaciones presupuestarias.
El viernes vence una resolución que financia las operaciones de las agencias federales y, si el Congreso no aprueba otra extensión temporal o permanente para los seis meses que restan del año fiscal 2011, lo más probable es que haya un cierre del Gobierno. Los republicanos, liderados por Boehner, han propuesto una extensión temporal por otras dos semanas, pero con la condición de que la medida incluya recortes adicionales por 12,000 millones de dólares.
En respuesta, Obama dijo que era "inexcusable" que el Congreso no apruebe una medida definitiva para el resto del año fiscal, que concluye el próximo 30 de septiembre. "Mis agencias no pueden estar haciendo planes en base a presupuestos cada dos semanas... lo que estamos haciendo es postergar nuevamente algo que debió hacerse hace meses", se quejó el mandatario. Obama no descartó la posibilidad de convocar otra reunión en la Casa Blanca con los principales líderes del Congreso, como la que sostuvo ayer por la mañana, hasta lograr una solución consensuada antes del viernes. Boehner replicó que no cederá a las presiones y que, por el contrario, los republicanos seguirán "luchando por los mayores recortes posibles, verdaderos recortes, no juegos de artificio".
"Como he dicho a lo largo de este proceso, los gastos excesivos en Washington están perjudicando la creación de empleos en este país" y la propuesta demócrata "no es suficiente y mucho depende de trucos", dijo Boehner.