Regresa la calma. Un operario de Chrysler trabaja.
Con unas cuantas pulsaciones en el teclado de una computadora, Chrysler Group LLC envió ayer 7 mil 600 millones de dólares a los gobiernos de Estados Unidos y Canadá a fin de pagarles la mayor parte del dinero que prestaron para rescatar hace dos años a la empresa automotriz del desastre financiero.
El pago fue otro indicio de la recuperación de la compañía automotriz. En el 2009, Chrysler se quedó casi sin efectivo y cayó en bancarrota. Ahora tiene un magnífico catálogo de Jeeps y automóviles, además de que logró sus primeras utilidades en cinco años.
"Muchos recordamos que hasta hace poco tiempo, para la mayoría, Chrysler había estado condenada a muerte", dijo el director general, Sergio Marchionne, a más de un millar de trabajadores reunidos en una fábrica de Chrysler en la periferia de Detroit.