Refugio. El oro y la plata se han convertido en el refugio favorito de los inversionistas.
La huida de inversores de Wall Street ante el cúmulo de noticias macroeconómicas desalentadoras difundidas en Estados Unidos hicieron que el oro se disparara ayer hasta cerrar por primera vez en su historia por encima de los mil 800 dólares la onza en la Bolsa Mercantil de Nueva York.
Al final de esta cuarta sesión de la semana, los contratos más negociados de oro, los de vencimiento en diciembre, sumaron 28.2 dólares la onza para terminar en mil 822 dólares, aunque durante esta jornada se llegaron a cerrar contrataciones por un máximo de mil 829.7 dólares.
Ese precio de cierre, además de ser el primero por encima de mil 800 dólares en la historia de este mercado, supone un nuevo máximo histórico para el metal precioso, que encadena así tres récords consecutivos esta semana: el martes cerró a mil 785 dólares y el miércoles a mil 793.8.
El oro ya había conseguido sobrepasar la simbólica cota de los mil 800 dólares en la sesión del pasado 10 de agosto, pero no logró mantenerse sobre ese nivel hasta el cierre, como sí hizo esta jornada.
