EDITORIAL Caricatura editorial columnas editorial

Cinco estampas mexicanas

Relatos de andar y ver

ERNESTO RAMOS COBO

1. Andamos con un bla bla bla muy saltimbanqui --dijo ella.

Digo, el país entero... ¿No se les afigura a ustedes?

Y, aunque saltimbanqui sea bufón de medievo, arlequín de tulería, o algo parecido..., me refiero más acá como que andamos sumidos en un ridículo salto de un lado pá'l otro Saltimbanqui: pum-pum: ningún estese quieto en general revoltoso.

Así está el País. ¿No se les afigura? --repitió ella.

2.

Para muestra concatenemos temas recientes: matanzas-aristegui-cassez- "juayderito-debido-proceso-agente-zapata-", frasesdeMotel.

¿Cuál será el tema en la palestra la semana próxima? ¿El trending topic que sigue? ¿Un derrocamiento más en el lejano oriente? ¿Un muerto de alcurnia? ¿Las nalgas flojas de alguna vedette en ciernes? ¿La mecha corta del que gobierna? ¿El principesco canas claras del grupo Atlacomulco?

¿Cuál, díganme ustedes, será la nueva noticia que invada nuestra atención, y que ocupe la próxima semana, plegándose ruidosa, Persiana Americana? (¡Despierta!: ¡Despierta Cerati!).

3.

Un microcosmos representativo del descontrol generalizado es el Congreso de la Unión: bigotes/ruido/despliegue/foto/arrancar/controversia/mantas/suspensión/ausentismo.

Acaso no debería suponerse que allí trabajaran todos. 500 curules, tecnificados, incansables y preparados, pegados a sus teléfonos, un teléfono pegado a un hombre, algunos en twitter, todos muy peinaditos, prestos al ademán firme, a la mirada de Estado: nuestros diputados. Debería suponerse como un espacio productivo ágil en debate, consenso y acción: resultado pensado: salida ordenada a demandas y problemáticas: coincidencias y ejercicio legislativo. Debería suponerse, al fin de cuentas, que se abra la sesión y se pongan a chambear. ¿A poco no?

Pero, para nuestra sorpresa, honorables miembros del Presidum, un buen día sale a relucir la Manta, como trofeo de cualquier congoja, y la sesión se torna enfrentamiento, zipizape que migra a receso y garnacha, debate pueril en improvisados pasillos, bifes y bistecs que anteceden los jaiboles, unas nueces confitadas, y después, al desanudarse la corbata nocturna, en una penumbra, ¡ay,..: qué cansado estoy!

Así fue hace días con la manta que lo revolvió todo. Y, así fue después, con la expectativa de otra que derivó improductivo. Y, así será mañana, parece ser, viviendo entre eternos distractores que ganan tiempo, y que conducen, ya después, a desanudarse la mascada nocturna, en una penumbra, ¡ay,..: qué cansada estoy!

Carajo.

Resulta patético ese recurrente inmovilismo. Que la simple presencia de un orador en tribuna descarrile debate democrático, y lleve al abandono entero de una bancada. Un microcosmos como espejo del todo. De todas las esferas. Todos los sitios del país donde urge un relax, mente fría, utilitarismo nacional, y decidirnos a avanzar en lo que sigue. Griten y háblense con lo que quieran señores diputados: pero no permitan minar la conducción de procesos legislativos que tanto urgen. Seguir así, en ese discurso vacuo, sin resolver lo fundamental, no llevará a ningún lado. Perder ese bono demográfico del que tanto se habla, o desperdiciar nuestra posición geopolítica estratégica y apuntalarnos en la globalización, terminará siendo algo más que fracaso histórico.

4.

Dicen que con unas cinco reformas mejoraríamos sustancialmente la cachaldrama. Existe consenso en eso en términos generales. Reforma laboral, tributaria, energética, romper monopolios, un par de cosas más. En eso creo estamos claros.

Pero andamos fallos en las voces que logren cohesionar a los distintos. ¡En un líder sacalepunta machín que empuje a hacer! Un cuate convencido que diga: ¡a ver cabrones, el pedo está por aquí y por allá! Y que sus palabras parezcan realistas, coherentes, alcanzables. Alguien que proyecte fuerza, como fue Lula.

Que con el petróleo, por ejemplo, vale madres la visión tradicionalista, soberanista anquilosada de rasgarnos las vestiduras, y Tata Lázaro, y toda la cosa. Basta de orgullo nacionalista y revolucionario, no nos desviemos, ahora lo práctico y fundamental es abrirnos a la inversión para inyectar recursos, generar empleos y crecimiento económico, salir ganones en transferencia de tecnología para el país, que eso se queda aquí enterito, e impulsar en paralelo las renovables, su fomento, porque es allí a donde debemos migrar: más limpias las energías hacia el futuro, y punto. Así hablándonos machinzote pragmático y al chile. No es necesario que nuestro líder sea experto en eso que los conocedores llaman el oro negro. Finalmente, como requisito de cualquier política pública está un buen diagnóstico. Y, a través de estrictos criterios técnicos, hablar, plantear, cohesionar, destrabar. De otra forma estamos destinados al inmovilismo de ahora.

Además aquí nadie vino a pelearse con el pasado, ni a traicionar la patria ni atarse en su bandera. Finalmente la historia es pura construcción, y aquí estamos. Vamos: sí: es cierto: nos dolió esa herida: un traumático nacimiento, la Colonia, las prerrogativas, nos traumaron perennes, y nos llenaron de desconfianzas hacia el exterior, e incluso a nosotros mismos. Es cierto: al grado de tatuársenos la idea de Batra, que se "ha inventado a un mexicano que es la metáfora del subdesarrollo permanente, la imagen de progreso frustrado".

Y sí, todo eso es cierto, y estuvo duro maestros. Hasta el español nos lo embutieron a costa de verdolagas. Estuvo verdaderamente canijo ese sometimiento. Pero ya estuvo bueno camaradas, vámonos alivianando, ya es el XXI. En el discurso pragmático que rompe traumas está la cohesión.

5.

Además el pasado es muy moderno. Basta ver a los cabrones de Café Tacuvba. De las mejores bandas del mundo. Cohesionan valerosos, rompen época, al fin de cuentas, y su iconografía y su ruido, es simplemente aquí estamos machines orgullosos, mexicanos modernos y míticos. Esos cuates no tienen género: son un género. Su modernidad es un México pujante, sateluco, sabrozzo, las torres de Goeritz y Barragán, quien tanto amó al silencio, todas esas cosas, porque de esas latitudes son los tacuvbos, toda la modernidad de Máxico se respira en ellos, junto al orgullo de nuestra historia: un ruido antiguo y verdadero que a nuestras juventudes cohesiona. Así deberíamos de menear la cabeza al enfrentar el día. Al ritmo de esa música deberíamos pensar nuestro empuje.

Ciudadalfabetos.com@eramoscobo

Leer más de EDITORIAL

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de EDITORIAL

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 601818

elsiglo.mx