La creación del Estado Libre y Soberano de La Laguna es un proyecto complejo que merece ser analizado seriamente, muchos pensamos que no prosperará porque afecta los intereses de los grupos políticos dominantes en los estados de Coahuila y Durango. Es una realidad que aún en grados...
En grados significativamente diferentes, el centralismo de ambas entidades hacia las ciudades capitales de Saltillo y Durango nos ha generado un rezago en el desarrollo de los municipios que conforman la Comarca. También es una realidad que en la región estamos interrelacionados muy profundamente, gran cantidad de ciudadanos principalmente de la zona conurbada, en su vida cotidiana tienen sus familias, trabajos, estudios, y amistades en unas y otra ciudades comarcanas, en fin muchos elementos que fortalecen una identidad regional, otro elemento más es que hay marcados desequilibrios en el crecimiento armónico de los municipios que integrarían el nuevo estado.
Emprender un proyecto de esta naturaleza obliga a presentar los argumentos más sólidos y convincentes de las ventajas que representaría, los modelos de vanguardia que deveras permitieran garantizar una mejora sustancial en todos los ámbitos de la vida social, política, cultural, económica, deportiva, etcétera.
No comparto argumentos que me parecen superficiales o matizados por intereses creados de políticos y empresarios que se oponen o impulsan esta iniciativa.
Asegurar que nos encerraríamos y seríamos un estado chiquito y aislado no me convence, como si en nuestro país no hubiera un pacto federal, desde otra óptica podría ser una entidad rica y con mayor dinamismo. Tampoco me convence que sólo sea motivado por sentimientos regionalistas que sean manipulados por intereses de grupos empresariales.
Lo más sano es convocar desde los gobiernos municipales a un amplio debate basado en análisis serios para no tener sueños guajiros ni expectativas falsas o para impulsar transformaciones profundas que representen un verdadero progreso para todos.