Son las 20:00 horas y las calles están llenas. El alumbrado público funciona a la perfección y permite ver a los niños y jóvenes que utilizan la Plaza de Armas como punto de reunión.
Los vendedores ambulantes no impiden el paso, por el contrario, son parte de una escenografía armónica. Los edificios no tienen graffiti y en las calles no hay papeles. Incluso los cestos de basura se encuentran estratégicamente colocados, no hay pretexto para no depositar la basura en su lugar.
Después de caminar más de diez cuadras la presencia policiaca ha sido la constante. Sin embargo aquí los policías municipales no intimidan, no traen cubierto el rostro ni tampoco apuntan a todos lados con sus armas. Por el contrario responden a los saludos, muestran una actitud de servicio y de vez en cuando incluso se dan permiso de sonreír. Su labor es más que todo preventiva, confiesa uno de ellos.
Alrededor de la plaza hay varios restaurantes al aire libre, un grupo interpreta jazz y ameniza la estancia de los comensales. La mayoría de los establecimientos tienen ocupadas sus mesas. Pero además de negocios de comida en tan sólo una manzana hay dos galerías de arte. Una expone pintura, otra fotografía.
Frente una iglesia un par de jóvenes chelistas interpretan Hey Jude de Los Beatles y algunos paseantes les depositan algunas monedas en un viejo sombrero. En su repertorio también está la música clásica, de ahí que Vivaldi y Beethoven también se escuchen en la calle.
En los periódicos la nota principal habla de la inauguración de la nueva planta de Siemens que representa una inversión de 50 millones de dólares. En la misma noticia se dice que en una segunda fase se construirá un centro de investigaciones donde se invertirán otros 50 millones de dólares y se proyecta este año abrir 13 nuevos hoteles en la ciudad.
Busco la sección policiaca y la nota principal no es de ejecutados, ni de balaceras, habla de que un camión de pasajeros atropelló a un policía municipal que viajaba en moto.
Por desgracia esto no lo viví en Torreón, ni en ninguna ciudad de la Comarca Lagunera, sino en Querétaro.
Las comparaciones resultan odiosas, pero cómo no hacerlo cuando es imposible caminar en el Centro de Torreón, porque aparte de la inseguridad no hay negocios que visitar y el graffiti "adorna" la mayoría de los edificios abandonados en el sector. El alumbrado público constantemente falla y la basura está en las calles.
Hace ochos años visité por primera vez Querétaro y en ese entonces el estado era gobernado por el PAN, quien lo hizo por 12 años. Ahora su nuevo gobernador es José Calzada Rovirosa quien es priista y más allá del cambio de colores de gobierno, la ciudad luce bella.
Aquí, como en otros estados del país, no importa qué partido gobierne ya que el gobierno en turno respeta los proyectos que se han planeado a la largo plazo. Prueba de lo anterior es que Querétaro ocupa el tercer lugar a nivel nacional en materia de competitividad de acuerdo con un estudio realizado por el Tecnológico de Monterrey, publicado bajo el título de "La Competitividad de los Estados Mexicanos 2010. Fortalezas ante la Crisis".
Incluso también en el 2010 Querétaro se ubicó sólo detrás de Monterrey, con la calificación de "adecuada", dentro de un comparativo de 86 ciudades del país, mediante el "Índice de Competitividad Urbana 2010: Acciones Urgentes para las Ciudades del Futuro", realizado por el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO). Mientras Monterrey obtuvo 62.08 puntos promedio, Querétaro se ubica en el segundo grupo de ciudades con 56.25 puntos.
Por desgracia la realidad que vive Querétaro como estado y ciudad está muy alejada del nivel de vida que actualmente hay en La Laguna. De ahí que este sea uno de los principales retos que tendrá el próximo gobernador de Coahuila, por lo que los candidatos del PRI y del PAN, Rubén Moreira y Guillermo Anaya, deben proponer soluciones viables para elevar los niveles de vida de los ciudadanos en el estado, ya que Querétaro es una prueba de que todavía hay ciudades en México donde las calles son tomadas por los ciudadanos para convivir.
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