Apenas el pasado lunes, una disputa entre las bandas rivales de “Los Aztecas” y “Los Mexicles” dejó como saldo 17 personas muertas, entre ellas, una mujer, y una veintena de heridos.
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) condenó la ejecución de 17 internos en el centro penitenciario de Ciudad Juárez, Chihuahua y demandó la intervención urgente del Estado mexicano para evitar que se repitan éste tipo de incidentes.
"La CIDH expresa preocupación por los hechos ocurridos, y subraya que el Estado como garante de los derechos de las personas privadas de libertad tiene el deber de adoptar medidas concretas para asegurar la seguridad interna en los establecimientos penitenciarios. Entre estas medidas se encuentran la prevención efectiva del ingreso de armas y drogas, y el control de la actividad de las organizaciones criminales presentes en las cárceles", aseguró el organismo encargado de velar por el respeto a los derechos humanos en el hemisferio.
Apenas el pasado lunes, una disputa entre las bandas rivales de “Los Aztecas” y “Los Mexicles” dejó como saldo 17 personas muertas, entre ellas, una mujer, y una veintena de heridos. En medio de versiones encontradas, la disputa de ambas bandas por el control del Centro de Readaptación Social (Cereso) dio pie a supuestos planes de evasión que no se materializaron.
"La CIDH observa con preocupación que, de acuerdo con la información recibida, durante la riña perdió la vida una reclusa que en ese momento se encontraba inexplicablemente en el área de reclusión masculina", señaló la organización.
" A este respecto, la CIDH subraya que el derecho internacional de los derechos humanos impone a los Estados la obligación de garantizar la separación efectiva entre hombres y mujeres en los centros de privación de libertad. Lo que implica, entre otras cosas, que el Estado debe actuar con la debida diligencia para prevenir la interacción entre hombres y mujeres en aquellos centros penitenciarios cuya población penal es mixta", puntualizó.
La masacre del pasado lunes dejó al descubierto una serie de irregularidades en ese centro penitenciario, en las que destaca el ingreso a prisión de sexo-servidoras menores de edad, así como de alcohol y droga, además de armas de fuego.