Momento de silencio. Banderas de Estados Unidos son vistas a media asta cerca al monumento a George Washington en la capital de ese país.
Tras sobrevivir al atentado contra su vida, la demócrata por Arizona, Gabrielle Giffords, se mantenía ayer en estado crítico aunque era capaz de comunicarse con gestos y señas con los médicos que la atienden. En conferencia de prensa sobre el estado de la congresista de 40 años, el equipo médico que la atiende se declaró "prudentemente optimista".
"Cuando alguien recibe un tiro en la cabeza, las posibilidades de morir son muy elevadas, mientras que las de sobrevivir y ser capaz de seguir órdenes son muy reducidas. Por eso estamos prudentemente optimistas", aseguró el doctor Peter Rhee, jefe de la sección de cirugía del Centro Universitario Médico de Tucson donde está internada Giffords.
La lucha para salvar la vida de la congresista discurría ayer de forma paralela a una frenética carrera contrarreloj para conocer los motivos detrás de un atentado que ha conmocionado a la nación y que concentraba los esfuerzos del FBI, del Servicio Secreto y del Departamento de Justicia para procesar a Jared Lee Loughner, el joven de 22 años que se negaba a ampliar su declaración.
El Departamento de Justicia presentó ayer cinco cargos criminales contra Loughner a partir de documentación incautada en la casa del homicida.
Según adelantó el diario "The New York Times", en la documentación presentada por los abogados del Estado figurarían algunas cartas recabadas por agentes del FBI en la casa del homicida y en las que figurarían expresiones clave como "Planeé antes", "Mi asesinato" y "Giffords".
Al margen de estas imputaciones, el director general del FBI, Robert S. Muller, quien fue enviado por el presidente Barack Obama para hacerse cargo de la investigación, adelantó ayer que Loughner podría ser procesado además bajo el estatuto federal de "terrorismo doméstico".
Las acusaciones contra Loughner son por el homicidio contra seis civiles, entre ellos una niña de 9 años, un juez federal y una colaboradora de la congresista Giffords.
Ayer se informó que el segundo sospechoso que buscaban las autoridades fue descartado, pues se descubrió que se trataba del chofer del taxi en el que llegó Loughner al sitio del tiroteo.
El director del FBI reveló que el blanco del tiroteo era la congresista y que el agresor compró su pistola 9 milímetros, en noviembre en la armería Sportsman→ s Warehouse de Tucson.
Justo el hecho de que una persona con el perfil sicológico de Loughner, incapaz de terminar la preparatoria y rechazado por intentar ingresar en el Ejército, pudiera adquirir un arma, ha desatado las crítica de varios congresistas sobre la facilidad para comprar armas en Estados Unidos.
El jefe policial de Pima, Clarence Dupnik, reveló que el atacante ya había recargado su arma cuando fue reducido por varias personas.
NO HAY AMENAZAS
Robert Mueller, afirmó que no tiene constancia de que existan amenazas contra otros legisladores, tras el ataque en el que ayer resultó gravemente herida la congresista Gabrielle Giffords.
El director del FBI dijo que probablemente ayer el joven, quien compró el arma en noviembre pasado, comparecerá ante un juez federal en una audiencia en la que se formularán cargos.
Mueller se desplazó a Arizona para seguir de cerca las investigaciones del ataque perpetrado por el joven Jared Lee Loughner, en el que murieron 6 personas y 14 más resultaron heridas, entre ellas la congresista Gabrielle Giffords.
Presentan cargos
El fiscal federal de Arizona, Dennis Burke, anunció que presentó cinco cargos contra Jared Lee Loughner, sospechoso del tiroteo del sábado en Arizona que dejó seis muertos y 13 heridos, entre ellos a la congresista Gabrielle Giffords.
Los cargos incluyen intento de asesinato de Giffords, de 40 años, y dos de sus asistentes, Pamela Simon y Ron Barber, y el asesinato de dos empleados del gobierno federal: el juez federal John Roll, y el asistente de Giffords, Gabriel Zimmerman. Las autoridades encontraron en una caja fuerte en el domicilio de Loughner, manuscritos que decían 'seguí planeando', 'mi asesinato' y el nombre de Giffords, la firma del sospechoso, y una carta de la oficina de la congresista que le agradece por participar en un evento. El director de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), Robert Mueller, informó que ella era 'el blanco' del tiroteo. 'Este ataque no estuvo dirigido solamente contra nuestros dedicados servidores públicos, sino contra nuestros ciudadanos', sostuvo Mueller. Loughner usó una pistola modelo Glock de 9 milímetros, que compró legalmente en noviembre pasado en Tucson, y no pudo utilizar un segundo cargador de 30 balas debido a la oportuna intervención de varios de los asistentes, indicó.
El director de la FBI sostuvo que no se han reportado amenazas específicas, pero continúan las investigaciones conjuntas entre distintas entidades federales.
