Asegura que no tenía la misma visión que sus nuevos dueños. (Archivo)
A Ignacio Trelles lo sacaron de la selva cañera de Zacatepec para llevarlo a los campos de Coapa a tratar de forjar a un “grande”.
Don Nacho llegó al América con la misión de transformarlo en un histórico equipo, aunque no tenía la misma visión que sus nuevos dueños.
“No los hice antipáticos. Llegué al América con la misión de hacerlos jugar bien. En ese tiempo [finales de los 50] no había nada de eso de ser los antipáticos, los malos [del futbol mexicano]”, recuerda Trelles.
Cuando Telesistema Mexicano, lo que hoy es Televisa, encabezado por Emilio Azcárraga Vidaurreta compró a iniciativa de su hijo Emilio Azcárraga Milmo, al América, la misión era volverlo un “chico malo”, pero ganador: “Yo no sé nada de futbol —decía—, pero me han dicho que el mejor directivo es Guillermo Cañedo, que el mejor técnico es Ignacio Trelles y que los mejores jugadores son argentinos y brasileños. Sobre esa base se construirá al ”.
Don Nacho no pensaba así. “No eran antipáticos ni nada de eso”, recuerda el nonagenario técnico.