Benedicto XVI reconoció hoy que Satanás ha expuesto a los sacerdotes ante el mundo en sus pecados pero aseguró que Dios sostiene a la Iglesia católica a pesar de las fallas de sus discípulos, al celebrar la misa del Jueves Santo.
La tarde de este día el Papa se trasladó hasta la Basílica de San Juan de Letrán, al sur de la capital italiana, donde presidió la celebración 'in coena domini' en recuerdo de la última cena y durante la cual cumplió el rito del lavado de los pies a 12 curas.
'Hoy constatamos con dolor nuevamente que a Satanás le ha sido concedido exponer a los discípulos visiblemente ante todo el mundo. Y sabemos que Jesús reza por la fe de Pedro y de sus sucesores', dijo a lo largo del sermón que pronunció en italiano.
En referencia indirecta a los escándalos que han golpeado a la Iglesia en los últimos meses, el líder católico recordó que san Pedro atravesó aguas agitadas de la historia y estuvo en peligro de hundirse varias veces, pero siempre fue sostenido por la mano de Dios.
'Todos nosotros debemos siempre de nuevo aprender a aceptar a Dios y Jesucristo, así como él es y no como nosotros quisiéramos que fuese. También nosotros dudamos de aceptar que él se haya ligado a los límites de su Iglesia y de sus ministros', indicó.
'También nosotros -agregó- no queremos aceptar que él no tenga poder en este mundo. También nosotros nos escondemos detrás de pretextos, cuando la pertenencia a él se vuelve demasiado costosa y demasiado peligrosa'.
Según el obispo de Roma todos los seres humanos tienen la necesidad de convertirse para acoger a Jesús, requieren la humildad del discípulo para seguir la voluntad del maestro.
Al momento de la presentación de las ofrendas Benedicto XVI recibió una suma de dinero recolectada entre los presentes, que será donada a las víctimas del terremoto y del tsunami que golpearon Japón hace unas semanas.
Con la celebración de la misa 'in coena domini' el Papa comenzó las celebraciones del Triduo Pascual, los tres días previos a la celebración de la Pascua católica.
Por la tarde de este Viernes Santo presidirá la adoración a la Santa Cruz en la Basílica de San Pedro del Vaticano mientras, por la noche, encabezará el rezo del Vía Crucis en el Coliseo Romano.
