Emprendedores. Mexicanos apuestan por grandes producciones en teatro, lo que no deja mucha ganancia pero sí la satisfacción de hacerlo.
Pasos para hacer un musical en México: primero hay que juntar tres millones de dólares. Luego conseguir un teatro, contratar actores y reunir un equipo de, aproximadamente, 200 personas, entre sastres, peluqueros, técnicos. Y un día sucede el estreno.
Pero este no es el fin sino apenas el comienzo de la aventura económica.
A partir de ese día, cada semana la taquilla debe generar, por lo menos, unos 400 mil pesos. Quizá por eso, Morris Gilbert define a la industria del musical en México como “un acto de absoluta inconciencia”. Hasta el siglo pasado, a los productores estas inversiones teatrales les representaban un riesgo real de bancarrota.
Alejandro Gou tiene un concepto similar: “Somos como apostadores de Las Vegas, creo que el teatro es el único negocio que cada semana depende de cosas como si tiembla, si hay futbol, si llueve, si hay regreso a clases, si hay puente, todo nos afecta”.
Hasta el siglo pasado, la producción de musicales en México era un riesgo personal. El productor empeñaba su auto, hipotecaba su casa, gastaba la herencia familiar en levantar su proyecto. Y si fracasaba, perdía todo. Le sucedió, por ejemplo a Fela Fábregas en Loco Por Ti: “Nos llevamos 16 premios de la crítica pero perdí hasta el último centavo”. Y a Gerardo Quiroz, quien tres veces montó un musical y tres veces se quedó “sin un peso”.
En el siglo XXI, la industria ha cambiado. Morris Gilbert explica: “Si alguien quiere hacer el gran negocio haciendo teatro en México, está equivocado de país o de ramo; pero sí puedes vivir bien, hacer buenas producciones y que los número te den. Fácil no es, y si tuvieras que vivir sólo de la taquilla sería imposible, Tenemos la fortuna de tener apoyo de los patrocinadores”.
Para lograr tanto audiencia como patrocinadores deben asegurarse de algo, tener un buen elenco aunque esto los ponga en una disyuntiva: actores con talento o que sean mediáticos.
Morris explica que él quiere impulsar el talento, por eso apostó a dos jóvenes como Mariano Palacios y Lety López para Si Nos Dejan. “Otro productor hubiera puesto a un par de famositos que vinieran de telenovelas y tuvieran un par de escándalos faranduleros porque eso vende, desafortunadamente; que bailen y actúen es lo de menos. Pero para hacer eso hay otros negocios”.
Alejandro Gou señala: “Desgraciadamente el actor tiene debe ser conocido y que jale gente, pero no siempre los buenos actores tienen nombre”.
Además, Gou se enfrenta a una problemática mayor, la piratería. Espectáculos como Dora, la exploradora, Ben 10, Bob Esponja o El Chavo del 8, han significado una gran inversión para TYCOON GOU Producciones, ya que tienen que cumplir requerimiento en vestuario, escenografía, espacios. El productor explica que se le hace injusto que otras compañías presenten sus shows pirateando las licencias
Morris Gilbert cierra el tema con una reflexión: “Los teatros que están llenos no necesariamente presentan los mejores espectáculos, la gente está tras el morbo, el chisme, el silicón; yo digo: ¿por qué les gusta tanto ver bolas de silicón? es algo que no entiendo”.
