Estimados amigos, el día de mañana 3 de mayo se celebrará el centenario del nacimiento de quien es considerado por los aficionados taurinos el más grande de los toreros de la época de oro del toreo mexicano.
Sin duda alguna y posterior al retiro del "Califa" Rodolfo Gaona, se considera al matador saltillense como el primer gran torero mexicano capaz de ofrecer réplica a los toreros españoles de la época, de tal forma que realizó largas temporadas en plazas españolas de 1928 a 1935.
La estirpe taurina del maestro Fermín procede de los hermanos Fermín y Pedro Espinoza Orozco, oriundos de Guadalupe, Zacatecas, que se avecindaron en Saltillo, Coahuila, lugar de nacimiento de los hermanos Espinoza Saucedo, Juan, Zenaido (banderilleros), José (mozo de estoques) y el matador Fermín. Recibieron el mote de "Armillita" por parte de Saturnino Frutos "Ojitos", descubridor del maestro Gaona por el parecido del padre del matador con el peón español Esteban Argüelles, a quien apodaban "Armillita".
Desde sus inicios como becerrista llamó poderosamente la atención por su asombrosa intuición, así como los esbozos de lo que sería la principal característica de su toreo, el poder. Estas virtudes lo llevaron a tomar la alternativa a los dieciséis años de edad el día 23 de octubre de 1927 de manos del matador sevillano Antonio Posada y teniendo como testigo al orfebre tapatío Pepe Ortiz. Confirmó en Madrid seis meses después el 10 de mayo de 1928, dejando constancia de su toreo, haciéndose merecedor de grandes elogios. Los siete años continuos de sus campañas españolas y la llegada de otros grandes matadores mexicanos provocaron lo que se conoce como "el boicot del miedo", ya que el temple, ritmo y variedad de los nuestros provocaron el gusto y la admiración de la afición española y el boicot de empresas y toreros españoles, mismo que enfrentaría 35 años después otro grande, Manolo Martínez.
El lugar alcanzado en la historia del toreo por el maestro Fermín se debe a que a su elegancia para torear transmitía una difícil facilidad natural para la ejecución de las suertes, lo que motivó pinturas, esculturas y pasodobles que siguen interpretándose en todas las plazas de toros del mundo y en especial de nuestro país. El adelantar la pierna y quebrar ligeramente la cintura imprimía un sentido especial al toreo de capa, y gran largueza en su toreo de muleta, lo que motivó al músico poeta Agustín Lara a dejar constancia de su gracia en el pasodoble "Fermín".
Protector y maestro de otro grande, Silverio Pérez, dejó en sus hijos Manolo, Fermín y Miguel la estafeta de su toreo, que al retiro de éstos ha tomado uno de sus nietos. Gloria del toreo mexicano y orgullo de Coahuila, tendrá en esta semana en su natal Saltillo una serie de homenajes que culminarán con un festival taurino con la participación de sus hijos, Eloy Cavazos y, por confirmar, del matador Arturo Macías "El Cejas".
Por otra parte, me permito por este medio expresar mi pesar a mi querido amigo y compañero doctor Eugenio A. Torres Flores por el fallecimiento de su señor padre José E. Torres. Igualmente al doctor Héctor Flores Canalizo por la pérdida de su querido hijo Carlos Alejandro Flores Hernández. Fortaleza para ambos. ¡Hasta la próxima!
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