Las opiniones sobre el sistema educativo mexicano, vertidas por los propios actores, reflejan fielmente el sentir de los ciudadanos respecto a este importante tema. Presento a continuación un extracto de las opiniones al respecto, de Daniel Anaisa Viera Cruz, universitaria que estudia en una de las universidades privadas de La Laguna:
Durante las campañas políticas nuestros futuros "representantes" prometen al pueblo mejoras en el país, desde más empleo hasta acabar con la inseguridad. Pero algo que no falta nunca en las campañas es la promesa de mejorar la educación: de invertir en nuevas escuelas para la alfabetización del país. Entonces porque si todos los políticos coinciden en lo mismo no han llegado a una coalición para la mejora del sistema educativo en México; nuestros maestros ya no se esfuerzan por preparar a los alumnos para el siguiente nivel: para que sigan creciendo; no, simplemente se pelean una plaza que ha de brindarles seguridad económica de por vida con un mínimo esfuerzo.
Citado en el resumen de "Basta de Historias" de Andrés Oppenheimer - un extracto del libro La Obsesión latinoamericana con el pasado, y las doce claves del futuro por Armando Pérez Merodio Corella.- "Pero la clave de todo es la educación, la calidad de la educación. De otra manera, ¿cómo se explica que Estados Unidos, con todas sus desventajas en materia de altos costos de defensa, legales y de salud haya tenido tanto éxito? Se debe a la educación secundaria y universitaria. Ese es el secreto". Países como China, India, Singapur, Finlandia, Suecia, Israel y otros países de diferentes colores políticos le han apostado a una educación que ve hacia el futuro, desde primaria sus niños tienen una ventaja comparativa con los niños mexicanos: ellos, si bien tocan temas del pasado, es sólo para ver cómo aprender de ellos y mejorar en el futuro, por el contrario nosotros seguimos invirtiendo en contar historias para generar un patriotismo histórico pero no para analizar los errores sino para honrar a los difuntos; con esta corta visión hacia el futuro cegada con el paño del pasado es difícil que nuestros niños sientan la curiosidad de saber qué es lo que se les depara. Según los expertos de Harvard, la mayor limitación al crecimiento de México es la baja calidad de su oferta educativa".
México es un país muy rico en materias primas pero su bajo nivel de desarrollo lo ha vuelto sólo proveedor de materia prima y su mano de obra ha sido utilizada como maquila por las empresas extranjeras. Aquí se vuelve a hacer hincapié entre la diferencia entre alfabetización (saber leer y escribir) y educación (enseñar a pensar y desarrollar ideas). Con esta aclaración podemos justificar el gran crecimiento de Singapur en donde los niños son educados para pensar en soluciones que el resto del mundo les compre, y este país se escogió específicamente como ejemplo puesto que es un país con escasos por no decir ningún recurso natural: a tal grado que tienen que importar el agua que consumen.
Entonces, ¿qué es lo que tiene que hacer México para poder mejorar sus niveles educativos y así ser más competitivos en la economía mundial? Primero hay que ser humildes, modestos, un defecto del mexicano es que alaba sus virtudes pero no se preocupa por notar sus defectos. Países como China no se regocijan de sus aciertos, ellos se sienten mal por sus fallas y tratan de eliminarlas o reducirlas, el objetivo: buscar la perfección; no sólo enorgullecerse de tener un primer lugar si no de que todos sus participantes hayan obtenido buenos resultados.
Si analizáramos cada problema del país por medio de la metodología japonesa de los cinco "por qué" llegaríamos siempre a la misma conclusión: educación, educación, educación. Ya no podemos quedarnos sentados mirando la espalda de un profesor que escribe en el pizarrón sin participar, ya no se puede sólo capturar la información: hay que preguntar, fomentar la iniciativa, la curiosidad, el deseo de saber más allá de lo que se nos imparte dentro del aula. Sólo así podremos volvernos competitivos en un mundo globalizado. Las universidades han de integrarse a una cultura mundial en donde sólo los mejores profesores, los más calificados, sean quienes transmitan sus conocimientos a los futuros profesionistas.
Sobre todo esto hay que ser conscientes que el cambio no puede ser repentino ni sus consecuencias aparecerán con prontitud, la calidad de la educación es un proyecto a largo plazo en el cual hay que invertir todo nuestro empeño y perseverancia. Sin duda alguna, o México evoluciona, o va a morir en la sociedad del conocimiento.