Las mayores empresas del mundo de telecomunicaciones decidieron este mes en Londres otorgar a la ciudad de Barcelona la organización del Mobile World Congress y ser de esta manera, sede permanente de la telefonía móvil hasta el 2018 -siete ediciones más-, renovando así el acuerdo que permitía su celebración desde 2006. En esta decisión participaron empresas relacionadas con el sector de las telecomunicaciones de 219 países y la elección rompe una tradición en la que ninguna ciudad había logrado repetir su designación. En los próximos años nos tendremos que acostumbrar a que se identifique a Barcelona como la capital mundial del móvil.
Entre las muchas ventajas de la decisión está el impacto económico estimado oficialmente en 3,500 millones de euros en siete años. Solamente este año se acreditaron al evento 2,900 periodistas. En esta ciudad, las autoridades, los empresarios, las instituciones y la sociedad civil reman todos para el mismo lado y ello los convierte en imbatibles. El alcalde Xavier Trias recoge los éxitos de quienes han gobernado la ciudad durante más de tres décadas y así lo reconoció explícitamente; esta situación plantea para él retos que tiene que superar para tener una gestión de gobierno que no desentone. Detrás de este político están las diferentes administraciones, instituciones financieras, deportivas, culturales, medios de comunicación, la estructura comercial y hotelera y muchas instituciones y entidades más. Barcelona se impuso a Milán, Munich y París en esta decisión tomada en Londres.
El Mobile World Congress es un congreso fuerte para una industria muy fuerte e imparable. Barcelona quitó de las manos en 2006 la fiesta más importante del mundo de la telefonía móvil a la ciudad francesa de Cannes, que se había quedado pequeña para dicho evento.
Todas las ciudades que compitieron presentaron ofertas muy innovadoras y atractivas, pero al final, Barcelona demostró que verdaderamente se merece el título de Capital Mundial del Móvil, su combinación de exposición excepcional e instalaciones para conferencias, su infraestructura de transporte y hotelería y su compromiso de ampliar el alcance de la movilidad más el fuerte apoyo de los sectores públicos y privados, permitirán a Barcelona tener exposiciones de tecnología permanentes y temporales, así como el Festival Mundial de Móviles, que incluirá actividades para todos, desde musicales y deportivas hasta premios cinematográficos.
El congreso de los móviles es un evento que representa grandes beneficios para la sede y cualquier ciudad hubiera peleado con uñas y dientes por lograr esa distinción. Al último congreso asistieron 60 mil profesionales de primer nivel de este sector, los hoteles presentaron ocupaciones al 100%, restaurantes llenos hasta los topes y la entrada al evento vale entre 600 y 4000 euros. El impacto anual fue de 220 millones de euros y se generaron más de 5 mil puestos de trabajo temporales.
La meta se logró pero definitivamente no fue fácil, a la cita acuden los directivos clave de las operadoras, los fabricantes y los proveedores de contenido móvil, Vodafone, Nokia, Telefónica, Google, China Móvil, Samsung, LG, etc. Desde la primera vez que tuvieron a su cargo la organización del evento, el ayuntamiento de Barcelona y todos en general, se han esforzado por solucionar algunas de las quejas de la organización durante este tiempo, como los problemas de taxis en la entrada del recinto ferial, el alto precio de los hoteles y los robos que sufrían los congresistas. El ex alcalde Jordi Hereu defendió con éxito la última candidatura de la ciudad para este evento.
Aunque hoy ofrecen una capacidad de 65,000 plazas con una alta presencia de hoteles de cinco y cuatro estrellas e instalaciones feriales renovadas, todavía presenta deficiencias como el aeropuerto, que ofrece pocas conexiones intercontinentales directas (sobre todo con Asia), en comparación con las otras ciudades contra las que competía. Munich puso encima de la mesa su imagen de vanguardia e innovación y la experiencia en eventos masivos (la Oktoberfest reúne en la ciudad a siete millones de personas cada año); Milán vive intensamente otros eventos importantes como la feria internacional del mueble y la semana de la moda; y París, la ciudad con más turistas del mundo, es un imán para el público asiático, muy activo en el sector de los móviles y la tecnología.
Noticias como ésta suben la moral de cualquier ciudad del mundo, sobre todo en tiempos de crisis. En Barcelona, durante siete ediciones anuales más, muchos visitantes harán negocios y disfrutarán la ciudad. Telefonía móvil por la mañana, y mariscos y copas por la noche
El área metropolitana de Barcelona ha desarrollado tres proyectos que la convierten en un triángulo económico: 22@, el distrito de la innovación y creatividad, el Parque de Alba, clúster de investigación y tecnología y el Parque Aeroespacial y de la Movilidad. Este triángulo promueve un total de 6 millones de m2 de suelo destinados a actividades económicas de alto valor añadido con capacidad para generar hasta 200,000 nuevos puestos de trabajo en los próximos años.
Se cosecha lo que se siembra. No sería exacto considerar las acciones de Barcelona, iniciadas desde 1980 como un modelo totalmente transferible a otras ciudades, cada ciudad es diferente y cada ciudad debe apostar por su diferencia. Sin embargo, la colaboración, la visión común, el compromiso, la afinidad de anhelos y la participación de todos los sectores de la ciudadanía sí pueden ser 100% replicables como modelo de éxito.
