La participación de la iniciativa privada es insustituible para lograr la transformación social y económica de los países democráticos. Lo anterior implica una estrecha colaboración de la iniciativa privada con el Gobierno para definir la visión y los planes, principios, y métodos que deben llevarse a la práctica para mantenerse competitivos en el desarrollo económico y social.
La visión conjunta entre el Gobierno y la iniciativa privada apoyada por otros sectores de la sociedad, requiere de un intercambio de información que permita el conocimiento mutuo de proyectos y aspiraciones por los distintos sectores, seguido de una fase de deliberaciones y ajustes para definir cuáles son, para el período de que se trate, los proyectos más aconsejables y convenientes.
Este proceso de intercambio de información tiene como finalidad llegar, de común acuerdo, a la determinación de las prioridades de inversión a favor de ciertas actividades. La iniciativa privada posee una visión más completa de las perspectivas económicas y conoce los campos de inversión que deben gozar de mayores estímulos y que ofrecen mayor seguridad de expansión y perspectivas de desarrollo y creación de empleos.
Para que el compromiso de la iniciativa privada en un plan de desarrollo y atracción de capital privado nacional y extranjero sea exitoso, se requiere por parte del Estado de una política sólida de incentivos a la inversión, normas laborales que concilien equitativamente los distintos intereses de empresarios y trabajadores, apoyos y facilidades para las contribuciones al Fisco y fórmulas de compatibilidad y seguridad que favorecen las nuevas inversiones, asegurando un trato justo e igualitario para los capitales nacionales y extranjeros. El sector empresarial es elemento de primera importancia en la formulación de los planes y sin duda, la iniciativa privada no puede renunciar a su carácter de centro de decisión, que comparte el poder económico con el Estado y con los demás sectores para definir las metas más convenientes y viables tanto en el campo económico como en el social con el objetivo de mejorar las condiciones de vida de la población.
Aunque se debe promover la inversión nacional, los recursos internos son insuficientes para acelerar el desarrollo y no podemos prescindir del capital extranjero, a menos que sea a costa de retrasar nuestro desarrollo. Por ello, es indispensable que se estimule la inversión externa en nuestra región, dando a esos capitales llegados de fuera un trato privilegiado, pero no discriminatorio, respecto al que reciben los capitales nacionales. La aportación extranjera para un desarrollo más intenso y veloz de nuestra economía es muy valiosa y no sólo en capitales y empleo, sino también en tecnología lo que es aún más importante.
El compromiso de la iniciativa privada debe ir de la mano con el compromiso de los gobiernos, ambos deben cumplir cabalmente la parte que les toca. La definición de compromiso establece la promesa de cumplimiento de una obligación, generando responsabilidad para el autor de la promesa por los efectos en caso de no cumplirla.
Ayer se publicó un desplegado de FOMEC respecto a la falta de cumplimiento de los compromisos adquiridos por el Gobierno del Estado de Coahuila y el de Torreón para apoyar las acciones de promoción de inversiones y propuestas para mejorar la calidad de vida de los habitantes de la Región.
Efectivamente, como lo indican en el desplegado, la competencia nacional e internacional por la inversión nacional y extranjera es hoy feroz y mayor que en el pasado. La primera regla de la competencia es empezar como iguales, si en nuestra región no contamos con una infraestructura industrial competitiva y las propuestas de empresarios organizados que han demostrado en el pasado que saben hacer su trabajo de promoción, no son atendidas desde hace 12 años, el desarrollo económico se vuelve más inalcanzable y el resultado, o la falta de éste, está a la vista.
Qué bien que los empresarios de FOMEC hagan del conocimiento público la falta de apoyo de los gobiernos estatal y municipal. Nos hemos quedado atrás, sobre todo en lo que respecta a la creación de parques industriales mientras en otras regiones del país, de acuerdo con la revista México Industrial Maps, los parques industriales disponibles son: 86 en el área metropolitana de Monterrey, 45 en Tijuana, 35 en Guadalajara, 34 en Laredo, 33 en Cd. Juárez, 16 en Reynosa, 16 en Saltillo, 15 en Querétaro y 15 en Matamoros, 9 en San Luis Potosí y 2 en Torreón (uno carece de disponibilidad de agua industrial para uso intensivo). Un parque industrial se define como "terreno para uso industrial que cuentan con TODA la infraestructura urbana necesaria para la operación eficiente de manufacturas o centros de distribución, LISTO PARA USARSE.
En su desplegado, los empresarios de FOMEC manifiestan estar en desacuerdo con la aprobación al aumento del Impuesto Sobre Nóminas, el Impuesto Estatal sobre Tenencia de Automóviles y el cobro de otros derechos. El causante, por norma general se resiste a pagar los impuestos, pero cuando los fondos públicos se manejan con rigor y con transparencia y el dinero del contribuyente se devuelve al pueblo transformado en servicios y en obras, ello provoca un cambio de mentalidad. Cuando sucede lo contrario, como es el caso de La Laguna de Coahuila, la resistencia a pagar es aún mayor.
Llama la atención que también el día de ayer aparecieron otros desplegados de menor tamaño pero exponiendo molestias similares de grupos de ciudadanos. Es bueno ventilar públicamente los asuntos públicos, los problemas que agobian a nuestro Estado y a nuestra Región no se arreglan con charlas de café ni con críticas severas a funcionarios o sistemas; si las circunstancias lo exigen, es deber ineludible de todo ciudadano exigir, participar y aportar en la gigantesca tarea de devolver a la Región Lagunera el desarrollo de vanguardia que tenía en lo económico y en lo social.
El tiempo es un recurso no renovable, nunca se recupera el que se pierde, si las propuestas de FOMEC para el fomento a la inversión y para la solución de las carencias no fueron suficientemente atendidas en los 12 años ya transcurridos, la paciencia fue excesiva y el reclamo llega tarde, sin embargo, más vale tarde que nunca. La respuesta del titular del gobierno municipal fue más que tibia: "Se ha trabajado en la infraestructura". Y ahora, ¿Qué sigue?
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