Inagotable. Toshihito Aisawa de nueve años de edad, tiene cartes en sus manos con los nombres de sus familiares que desaparecieron durante el sismo y tsunami del pasado viernes en Japón, su búsqueda será inagotable, asegura. AP
Los trabajadores de emergencia parecían intentar de todo para enfriar los reactores nucleares de Japón más peligrosamente sobrecalentados: helicópteros, camiones de bomberos de alto rendimiento, incluso mangueras que se utilizan normalmente para dispersar disturbios.
Pero no podían estar seguros de que algo de esto estuviera disminuyendo el peligro en la instalación dañada por el tsunami originado por el fuerte terremoto de la semana pasada.
Tres reactores han tenido al menos fusiones parciales en la planta nuclear de Fukushima Dai-ichi, donde se elevaba el viernes un humo blanco desde la Unidad 2. Los funcionarios japoneses y estadounidenses creen que existe un peligro mayor en los estanques utilizados para almacenar combustible nuclear usado: al parecer las barras de combustible en uno de los estanques están expuestas al menos parcialmente, si no secos, y otras corrían el riesgo de quedar igual. Sin agua, las barras podrían aumentar la presión y liberar radiación.
Podría tomar días y "posiblemente semanas" controlar el complejo, señaló Gregory Jazcko, presidente de la Comisión Reguladora Nuclear de Estados Unidos. Jazcko defendió la decisión estadounidense de recomendar un desalojo de sus ciudadanos en un área de 80 kilómetros (50 millas), una medida mucho más enérgica que la tomada por Japón.
Un alto funcionario de la agencia de seguridad nuclear de la ONU dijo el jueves que no había ocurrido un "empeoramiento significativo" en la planta nuclear de Fukushima Dai-ichi, pero que la situación continuaba siendo "muy seria". Graham Andrew dijo a reporteros en Viena que las varillas de combustible nuclear en dos reactores sólo estaban cubiertas de agua aproximadamente a la mitad, y que en un tercer reactor tampoco estaba sumergidas completamente.
Si el combustible no está cubierto totalmente, el incremento en la temperatura aumentará las probabilidades de fusiones completas que liberarían cantidades más grandes de material radiactivo de las que ha emitido hasta ahora la planta en problemas. Se han detectado niveles bajos de radiación mucho más allá de Tokio, que está 220 km (140 millas) al sur de la planta, pero los niveles peligrosos se han limitado a la planta en sí. No obstante, la crisis detonada por el movimiento telúrico y el tsunami del viernes pasado han forzado el desalojo de miles de personas y reducido enormemente la actividad en las calles de Tokio, ya que sus residentes han abandonado la ciudad o permanecen dentro de sus casas. La cifra oficial del desastre permanecía en 5,692 personas la mañana del viernes, con 9,522 desaparecidas, señaló la policía nacional.
El presidente estadounidense Barack Obama apareció en la televisión para asegurar a los estadounidenses que los funcionarios no esperan que lleguen a Estados Unidos o sus territorios cantidades dañinas de radiación. Obama agregó que Estados Unidos ha ofrecido a Japón cualquier ayuda que pudiera proporcionar. Reafirmó el compromiso de Estados Unidos con la energía nuclear y señaló que pidió una revisión exhaustiva de seguridad.
Las evaluaciones japonesas y estadounidenses sobre la crisis han diferido, el propietario de la planta negó el miércoles el reporte de Jazcko sobre que el estanque de combustible usado de la Unidad cuatro estaba seco y que cualquiera que se acercara a la planta podría enfrentar dosis potencialmente letales de radiación. Pero un ejecutivo de Tokyo Electric Power Co. se acercó más a la postura estadounidense el jueves.
"Considerando la cantidad de radiación liberada en el área, es más probable que las barras de combustible estén expuestas a que estén cubiertas", dijo Yuichi Sato.
Los trabajadores de la planta han vertido agua de mar cuando es posible para controlar las temperaturas desde que el maremoto dejó sin suministro eléctrico a sus sistemas de enfriamiento, pero intentaron medidas incluso más desesperadas sobre las Unidades tres y cuatro.
Dos helicópteros militares japoneses CH-47 Chinook comenzaron a arrojar agua de mar sobre la Unidad tres el jueves por la mañana, dijo la vocera del ministerio de Defensa Kazumi Toyama. Los helicópteros rociaron el reactor con al menos cuatro cargas de agua en tan sólo los primeros 10 minutos, aunque imágenes de televisión mostraron que al parecer la mayor parte de esa agua fue dispersada por el viento.
Las tripulaciones de los helicópteros realizaban misiones de 40 minutos cada una para limitar su exposición a radiación, cruzando sobre el reactor con cargas de aproximadamente 7,500 litros (2,000 galones) de agua.
Unidades especiales de la policía también intentaron con mangueras, pero no lograron alcanzar los objetivos desde una distancia segura, dijo Yasuhiro Hashimoto, un vocero de la agencia de seguridad nuclear de Japón.
Éxodo de extranjeros por miedo a la radiación
Miles de extranjeros han abandonado Tokio por temor a un escape radiactivo de la central nuclear de Fukushima, mientras muchas embajadas comenzaron a organizar operativos para asistir a quienes deseen salir de Japón.
Aunque las autoridades locales insisten en que los niveles de radiactividad en la capital han aumentado, pero no son alarmantes, la inestable situación en la central nuclear de Fukushima, a unos 250 kilómetros al norte, llevó a muchos a alejarse hacia el sur.
A la inquietud por las radiaciones se sumó ayer el anuncio de un posible gran apagón en Tokio que podría alterar los transportes para salir de la ciudad en los próximos días, lo que hizo que parte de quienes seguían en la metrópolis, japoneses y extranjeros, decidieran finalmente abandonarla sin saber cuándo regresarán.
Los trenes hacia Osaka, a unos 400 kilómetros, partían de Tokio mucho más llenos de lo habitual aunque sin llegar a estar repletos, y en ellos se veía un número inusual de mujeres japonesas con niños pequeños y empujando equipaje para varios días.
En la estación de Tokio reinaba el habitual bullicio ordenado, sin escenas de nerviosismo, y dentro del tren tan sólo recordaban la grave situación en Fukushima las pantallas digitales en las que aparecían constantemente titulares con las últimas noticias en la central nuclear.
De Tokio, además de residentes, también salieron ayer grupos de turistas que habían decidido cambiar sus rutas de viaje bien para dejar lejos la capital y las provincias del norte, o bien porque las propias aerolíneas cambiaron su aeropuerto de salida desde el tokiota de Narita al de Osaka.
A una semana
Estas son las últimas cifras sobre el terremoto y maremoto en Japón.
⇒ 6,405 muertos.
⇒ 10,259 los desaparecidos.
⇒ Se teme que la cifra final de víctimas se incremente todavía en algunos municipios de las provincias más afectadas, como Iwate, Miyagi y Fukushima.
⇒ Por ahora, han rescatado a unas 26,000 personas.
⇒ Casi 80,000 edificios y viviendas fueron destruidos y más de medio millón de evacuados vive en unos 2,500 refugios temporales, muchos de los cuales no tienen agua potable o electricidad.