La importancia de la publicidad para la venta de un perfume no es nueva, basta ver la evolución de los carteles.
MÉXICO, DF.– Desde su origen, el único fundamento de las fragancias de la firma francesa Guerlain ha sido el amor; ni las tendencias ni las modas que van y vienen han influido en su búsqueda de nuevos y cautivantes aromas.
Desde sus inicios, los perfumistas de la “maison” como Aimé y su sobrino, Jacques Guerlain, y en el presente, los nuevos narices como Jean-Paul Guerlain y Thierry Wasser, han imaginado una historia de amor para cada una de las fragancias. Para todos estos maestros perfumeros enamorados, su primera inspiración siempre surge de un encuentro con una musa, ya sea famosa o desconocida, imaginaria o real, una belleza cautivadora.
El perfumista se convierte en un equilibrista de notas olfativas, que sigue sus emociones hasta encontrar el balance entre lo dulce y lo intenso que tendrá la nueva fragancia.
Fue Aimé el que caminó por primera vez esta senda. La primera creación amorosa de la casa francesa salió a la luz en 1889, bajo el nombre “Jicky”. Era la primera combinación de productos naturales y sintéticos de la industria del perfume.
Se dice que lo nombró así porque así se llamaba una joven inglesa de quien se enamoró cuando estudiaba en Londres.
Por esa misma época, el perfumista creó la irresistible “L’Heure Bleue”, inspirada en Lily, la esposa de su sobrino, Jacques Guerlain.
Modernos y amorosos aromas
Al final de la Primera Guerra Mundial, una heroína romana se convirtió en la musa. Era Mitsouko, una noble guerrera enamorada, quien representa el personaje central de “La Bataille”, una novela escrita por Claude Farrère, amigo de Jacques Guerlain.
Aunque los primeros perfumes habían representado grandes éxitos para la firma, fue “Shalimar” la que inauguró el linaje de las fragancias que nacieron del corazón para fusionarse con la piel.
Jacques Guerlain la desarrolló inspirándose en el emperador Shah Jahan, quien estaba profundamente enamorado de su esposa favorita, Mumtaz Mahal. Se dice que la pareja disfrutaba de su pasión en los jardines de Shalimar, donde se cultivaban las flores más raras y vivían las aves más fabulosas.
Gracias a Jean-Paul Guerlain, a finales de los 60s, surgieron colecciones inspiradas, a partir de entonces, en musas contemporáneas; por ejemplo, “Chamade”, que evocaba la belleza sensual y felina de una amiga de sus amigas; Nahema, la cual era el tributo del perfumista a la actriz Catherine Deneuve; “Samsara”, desarrollada a mediados de los 80s con jazmín y sándalo, para su mujer.
Entre las creaciones más reciente de la casa se encuentran “Insolence”, cuya campaña publicitaria fue protagonizada por la actriz Hilary Swank, e “Idylle”, desarrollada por Thierry Wasser, un bouquet salpicado con rosas de Bulgaria y con la calidez de Chipre, creada en la época en la que el perfumista estaba muy enamorado y deseaba transmitir su felicidad, su buen humor y su amor.