Distrubios. Un soldado leal al presidente electo Alassane Ouattara en Costa de Marfil mira fijamente al lente. Ayer leales a Ouattara lograron rodear al búnker de Gbagbo para exigirle su renuncia.
Rodeado por fuerzas que respaldan al presidente democráticamente electo de Costa de Marfil, el caudillo Laurent Gbagbo se encontraba atrincherado en un búnker con su familia ayer e intentaba negociar las condiciones de su rendición, dijeron fuentes oficiales.
Según el ministro del Exterior francés, se reclamaba a Gbagbo que entregue su renuncia por escrito y reconozca a su rival Alassane Ouattara, ganador de las elecciones de noviembre reconocido por la comunidad internacional.
Las fuerzas leales a Ouattara tomaron la residencia presidencial donde Gbagbo trató de obtener concesiones de último momento, dijo una fuente diplomática que habló bajo la condición de anonimato. Ouattara ha exigido a sus seguidores que capturen a Gbagbo con vida.
El canciller francés Alain Juppe dijo a una comisión parlamentaria que los jefes militares de la antigua colonia francesa han dado órdenes de un cese de fuego.
Helicópteros artillados franceses y de la ONU atacaron los arsenales y bases militares de Gbagbo el lunes después de meses de atolladero político. Soldados de infantería aliados de Ouattara penetraron por fin en Abidyán.
"Podría pensarse que nos acercamos al final de la crisis", dijo el vocero de la misión de la ONU en Costa de Marfil, Hamadoun Touré, en entrevista telefónica. "Hablamos con sus asesores, algunos ya desertaron y otros están dispuestos a deponer las armas. (Gbagbo) está solo, está en un búnker con un puñado de partidarios y parientes. ¿Durará o no? No lo sé".
Touré dijo que tres generales aliados de Gbagbo llamaron telefónicamente a la ONU para decir que planeaban ordenar a sus fuerzas que depongan las armas.
"Nos pidieron que aceptemos las armas y municiones de los soldados y les brindemos protección", aseguró.
El ministro de Defensa francés Gerard Longuet, en una conferencia de prensa en París, Francia, expresó esperanzas de que la situación se resuelva en las próximas horas.
La ofensiva iniciada el lunes incluyó ataques aéreos a la residencia presidencial y tres guarniciones estratégicas, en una escalada sin precedentes de la campaña de la comunidad internacional para expulsar del poder a Gbagbo, mientras los leales a Ouattara avanzaban hacia la residencia del caudillo en el Centro de la ciudad.
Por su parte, Barack Obama elogió el papel de las fuerzas de la ONU y francesas en el país del África occidental.
"Para poner fin a esta violencia e impedir mayor derramamiento de sangre, el presidente Gbagbo debe renunciar inmediatamente y ordenar a quienes combaten en su nombre que depongan las armas. Cada día que continúan los combates se prolonga el sufrimiento y se aplaza el futuro de paz y prosperidad que merece el pueblo de Cote d'Ivoire", dijo Obama.
'No negociaré mi salida'
El presidente saliente de Costa de Marfil, Laurent Gbagbo, declaró que no reconocerá a Alassane Ouattara como jefe del Estado, en contra de lo que le pide la comunidad internacional.
"Yo gané las elecciones, no estoy negociando mi salida (...) Ouattara no ganó las elecciones", aseguró Gbagbo en una entrevista telefónica con la cadena francesa LCI grabada hacia las 17:30 horas.
Las negociaciones para que el presidente saliente de Costa de Marfil Laurent Gbagbo reconozca al electo Alassane Ouattara "continúan", dijo, por su parte, el ministro francés de Exteriores, Alain Juppé, en unas declaraciones televisivas.
"No reconozco la victoria de Ouattara", aseguró el presidente saliente desde su residencia de Abiyán.
Gbagbo negó que haya "negociaciones en el terreno político", aunque confirmó que el Ejército está negociando un alto el fuego con "las otras fuerzas presentes en el país".
Tras indicar que las únicas negociaciones posibles tratan sobre la identidad del ganador de las elecciones presidenciales del pasado 28 de noviembre, afirmó: "Podemos dialogar sobre el recuento de votos".