Coincidencia. El secretario de Gobernación, Francisco Blake Mora, se reunió con el embajador de EU en México, Anthony Wayne.
Los gobiernos de México y Estados Unidos coincidieron en que la delincuencia organizada transnacional "es el enemigo común" y determinaron, durante una reunión entre el secretario de Gobernación, Francisco Blake, y el embajador estadounidense, Anthony Wayne, "evitar percepciones encontradas".
Blake Mora recibió ayer en el Palacio de Cobián al nuevo embajador estadounidense en México e intercambiaron puntos de vista sobre la situación de seguridad en México, "y establecieron que la delincuencia organizada transnacional es el enemigo común".
El titular de la Segob dijo que la seguridad es el bien público más demandado por los mexicanos. Recalcó que el gobierno mexicano mantiene una firme lucha contra la criminalidad, que en muchos casos tiene sus raíces en otros países y que se alimenta del flujo ilegal de armas a nuestro país.
Reiteró la disposición del gobierno de México para mantener y fortalecer los esquemas de cooperación vigentes entre ambos países, siempre observando los principios de confianza mutua, corresponsabilidad y respeto a la jurisdicción de cada país.
Sobre la Iniciativa Mérida, Blake Mora agradeció a nombre del gobierno mexicano el apoyo brindado por su similar estadounidense.
"Estamos avanzando con paso firme en todos y cada uno de los compromisos adquiridos en la tercera reunión del grupo de alto nivel de la Iniciativa Mérida, para el fortalecimiento del Estado mexicano y para desarticular a las organizaciones criminales.
"Debemos continuar fortaleciendo las comunicaciones estratégicas entre ambos gobiernos", afirmó Blake.
Otros temas fueron la política de Estados Unidos para el combate a las drogas y a la delincuencia organizada, así como la frontera sur y Centroamérica.
Blake Mora expresó que el gobierno del presidente Calderón está muy interesado en mantener e incrementar los canales de comunicación con el gobierno de Estados Unidos.
Blake y Wayne coincidieron en que México y Estados Unidos comparten algo más que una frontera: se comparte una historia que con el intercambio cultural y económico ha creado beneficios para ambos países y a la vez va exigiendo mayores niveles de responsabilidad para ambos gobiernos.