La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, iniciará dentro de una semana su segundo gobierno, en el que modificará políticas y aliados, tal y como ha anticipado desde que ganó la reelección el pasado 23 de octubre.
El próximo 10 de diciembre, Fernández jurará ante el Congreso el nuevo mandato para el que fue electa con el 54 por ciento de los votos, lo que le permitirá gobernar hasta el 2015 en un momento histórico marcado por la crisis económica internacional.
La mandataria encabezará, además, el periodo de gobierno más prolongado de la historia argentina para un sólo movimiento político, pues el kirchnerismo iniciado en 2003 por su fallecido esposo y antecesor, Néstor Kirchner, sumará 12 años en el poder.
Fernández enfrentará su segundo mandato fortalecida por el arrasador respaldo social logrado en las elecciones de octubre anterior y en una posición inmejorable, ya que cuenta con mayoría en la Cámara de Diputados y en el Senado.
En medio de ese escenario, aún antes de tomar posesión para su segundo mandato, la presidenta argentina comenzó a mostrar señales de cambios, sobre todo en la estratégica área económica.
Desde el mes pasado, el gobierno comenzó la reducción de los subsidios de servicios públicos que fueron duramente criticados durante una década porque beneficiaban por igual a ricos y pobres y ampliaban la inequidad que ha marcado a este país.
En aras de reforzar su publicitada política redistributiva, Fernández ordenó el inicio de una quita de subsidios que, hasta ahora, ya suma más de mil millones de dólares y que se ampliará en los próximos meses.