Cuando un hijo reprueba
La mamá llora inconsolable; el padre vocifera, el niño se refugia en el rincón tapándose la cara con ambas manos. Todos sufren, sí, los tres están decepcionados de sí mismos. “¿Qué hicimos mal?”, “¿Qué va a decir la gente?”. No se trata del capítulo de una telenovela, sino del drama de la vida real titulado “Cuando un hijo reprueba”.
A primera instancia los padres se enojan y preocupan, en muchas ocasiones no saben qué hacer, pero lo primero que se tienen que poner a pensar es precisamente cómo se encuentra el niño y todo lo que le puede repercutir repetir el año.
“Principalmente puede afectar la autoestima del infante ya que nuestra autoestima se conforma tanto por factores internos como externos y es uno de ellos el desempeño académico. Cuando un niño tiene que repetir año, la percepción sobre si mismo se vuelve negativa ya que en la mayoría de los casos este evento es acompañado por regaños, señalizaciones, frases despectivas y en ocasiones hasta burla por parte de compañeros, lo que genera que crea que no es inteligente, que es un tonto o que no sirve para nada”, explica la licenciada en psicología Diana Sánchez Sánchez.
“Al iniciar otro ciclo escolar, la actitud del niño es negativa porque va predispuesto debido a los comentarios negativos que recibió anteriormente. Así mismo no se esfuerza o simplemente se niega a realizar las actividades, generando un daño mayor”, agrega la especialista.
La pregunta que muchos padres se hacen es, si deben castigar o no al niño por haber reprobado. Hay que tener en cuenta que un castigo es imponer algo desagradable por cometer una falta, sin embargo hoy día no es la mejor estrategia que se puede utilizar para educar a los niños.
La psicóloga explica que en vez de castigar se debe orientar y dar alternativas, es decir, hay que aclarar qué actividades le corresponde hacer al niño por ejemplo, los deberes escolares, recoger los juguetes o sacar la basura; “si el niño realiza cada una de ellas en el tiempo acordado recibe una recompensa por esto; un dulce, un programa de TV, un videojuego, un paseo padres e hijo, etc. El premio se acordará previamente. Así mismo se debe aclarar que si no se realizan las actividades tendrá una consecuencia, siempre evitando el castigo físico”.
Algo que hay que recordar es que los padres deben cumplir TODO lo que se les promete a los niños, tanto premios como castigos, pues de esto dependerá que el infante confíe o no en sus progenitores. El aislamiento, la rebeldía, las mentiras respecto a las tareas académicas pueden ser algunos indicadores de que los niños se sienten incómodos con la manera en que se le exige al niño que cumpla con los deberes.
Cada persona tiene habilidades y aptitudes diferentes, algunos niños pueden sobresalir en matemáticas mientas que otros en deportes, sin embargo esto no quiere decir que alguno de ellos pueda realizar adecuadamente los deberes del resto de las asignaturas y en muchas ocasiones los padres no se dan cuenta de esto y le exige los mismos resultados por igual.
Otra pregunta que se hacen con frecuencia los padres es si la escuela en la que está su hijo es la adecuada para él.
Pero quién mejor que el niño, que es quien asiste al plantel, para responder esta pregunta, por lo tanto se debe platicar con él para conocer su impresión sobre su escuela, si se siente a gusto, qué le parecen las clases, la opinión respecto a sus maestros y compañeros.