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¿Cuerpo por herencia?

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¿Cuerpo por herencia?

¿Cuerpo por herencia?

Dra. Mayela Villarreal Reyes

“Es que en la familia de mi papá todos son gordos”; “la celulitis la heredé de mi mamá”, y otras frases por el estilo salen a relucir con frecuencia a la hora de hablar de la figura. ¿Qué tanto hay de cierto en esas afirmaciones?

La estatura, la forma de la nariz, el color de la piel y el tipo de cabello son algunos de los rasgos que sabemos son parte de la carga genética que cada uno posee. Al hablar de la constitución física, también es común que escuchemos que la delgadez o la obesidad son características heredadas.

En efecto, la carga genética predispondrá biológicamente a que una persona tenga determinado aspecto y una cierta manera de ser. Es indiscutible que de nuestros padres adquirimos un ‘equipaje’ a través de los genes, y que estos se harán evidentes en nuestra apariencia, incluyendo la complexión. Esto no quiere decir que forzosamente vayamos a ser delgados o gordos, sino que poseemos la propensión a que nuestro cuerpo desarrolle una silueta específica y a acumular grasa en ciertas zonas. Pero no es una regla general que vayamos a ser idénticos a nuestros padres, pues así como influyen las condiciones genéticas, intervienen también las rutinas que integremos a nuestra existencia.

TENDENCIA, NO SENTENCIA

En estudios recientes, realizados por científicos del Howard Hughes Medical Institute con base en Maryland, se detectó el denominado ‘gen OB’, que al mutar causa obesidad severa y diabetes tipo II en ratas; sin embargo no está comprobado que dicha variedad mutante exista en humanos.

Desde luego, hay quienes sufren anomalías metabólicas, hormonales, u otros padecimientos que pueden afectar las dimensiones de su cuerpo. Pero para la mayoría de las personas es posible trabajar en la prevención de la obesidad. Un primer paso es conocer el tipo de morfología que heredamos y las tendencias que le acompañan. Busca en esta lista tu figura y pon manos a la obra para evitar la aparición de estos problemas. La clave básica para lograrlo está en mantener un peso adecuado y llevar hábitos saludables.

Linfática o triángulo (torso pequeño y cadera amplia)

-Propensión a la obesidad blanda, fofa y formando pliegues

-Acumulación de grasa en abdomen

-Celulitis en cadera, muslos, brazos y rodillas

-Várices

-Estrías

-Edema de miembros inferiores

Nerviosa (cuerpo delgado)

-Piel muy delgada con predisposición a estrías

-Várices

-Celulitis en muslos de tipo blando

Sanguínea o triángulo invertido (torso amplio y cadera pequeña)

-Musculatura firme y marcada

-Espalda ancha

-Senos redondos y desarrollados

-Cintura ancha

-Várices

Biliosa o deportiva (cuerpo atlético)

-Cintura ancha

-Tendencia a subir de peso en forma de tonel

LA HERENCIA MÁS PELIGROSA

Es sabido el consejo que dan las abuelas a sus nietos: “Cuando te enamores de una muchacha, fíjate en su madre para saber cómo se verá cuando pasen los años”. Nosotros agregaríamos que haría falta también observar a su padre, pero sin limitarse a la apariencia de ambos, sino más bien centrándose en las costumbres familiares en lo que se refiere a nutrición y actividad física, que sin duda son una herencia muy notoria.

De hecho el año pasado se dieron a conocer los resultados de una investigación efectuada en Inglaterra, a cargo de la Peninsula Medical School de Plymouth, los cuales arrojaron que la obesidad se hereda a través de los hábitos aprendidos de madres a hijas y de padres a hijos, respectivamente, explicando que los pequeños tienden a imitar la conducta del adulto perteneciente a su mismo género.

Así, es correcto afirmar que la dieta de los padres influirá no sólo en su propio organismo sino también en el de sus vástagos, pues si un niño crece observando que sus progenitores comen en exceso y llevan una vida sedentaria aprenderá a verlo como algo normal, al igual que si los ve ejercitarse y alimentarse saludablemente, es de esperarse que quiera seguir sus pasos.

¿Y LA CELULITIS?

La celulitis es considerada una enfermedad de la piel, por dar un aspecto de cáscara de naranja. Pero su aspecto es solamente la punta de un iceberg, hablamos de un problema de fondo metabólico relacionado con el proceso corporal de eliminación de toxinas. Y es que si el sistema linfático trabaja con deficiencia, acumula las toxinas con grasa y agua en ciertas partes del cuerpo como músculos, rodillas, tobillos -en raros casos-, brazos y abdomen, dando lugar a la celulitis.

Si tu madre o abuela padecen celulitis, tienes un 50 por ciento de posibilidades de presentarla. Pero con o sin herencia, la celulitis puede aparecer a base de malos hábitos: poca actividad física, sobrepeso, consumo excesivo de alcohol de cigarro y/o de platillos altos en grasa. Si evitas lo anterior y además consumes frutas y verduras en abundancia, alimentos ricos en fibra, y dos litros de agua al día, podrás combatirla.

CONSTRUYE TU PATRIMONIO CORPORAL

Como verás, los hábitos tienen tanto o más peso que los genes para que nuestro cuerpo se ‘desborde’ o sea estético, pues son los principales detonantes para que la morfología que poseemos despliegue las características que no deseamos, como la obesidad y la celulitis. Conoce tu clasificación corporal y empieza a hacer algo por mejorar tu tendencia física. Hay aspectos inevitables, como heredar la espalda ancha o la cadera estrecha; pero puedes eludir que a la amplitud de tu estructura se le sume el volumen de la grasa, trabajando las áreas problema y sobre todo evitando que la celulitis haga de las suyas.

Correo-e: dramayela@hotmail.com

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