En el sitio renuevodeplenitud.com, se publica un mensaje que por su contenido considero importante compartirlo con usted, estimado lector: "Parece que cuando tenemos prisa y estamos retrasados, sólo tropiezas con los semáforos en rojo. Aunque son irritantes cuando vamos corriendo a una cita, los semáforos están allí para nuestra protección.
También necesitamos semáforos a lo largo de nuestro día. El trabajo duro y las agendas bien cargadas necesitan interrupciones con tiempos de esparcimiento y reflexión. Sin eso nos enfermaremos de gravedad con dolencias causadas por el estrés. El tiempo que se dedica a la recreación y la relajación puede rejuvenecer nuestro espíritu. Este poema de W.H. Davies nos dice que dediquemos tiempo a detenernos y contemplar:
Qué es esta vida si, llena de preocupaciones, no tenemos tiempo para detenernos y contemplar.
No hay tiempo para estar de pie debajo de las ramas y fijar la mirada en las ovejas o las vacas.
No hay tiempo para ver, al pasar por los bosques, donde las ardillas esconden sus nueces en la hierba.
No hay tiempo para ver, a plena luz del día, los arroyos llenos de estrellas, como las estrellas de la noche.
Hay dos maneras de pasar a lo largo de nuestra vida ocupada: una es dejar de pensar y la segunda es detenernos y pensar; muchos viven de la primera forma, llenan cada hora con incesante actividad, no se atreven a estar solos, no hay tiempo para la serena reflexión de la vida. La segunda manera, detenernos y pensar, consiste en contemplar para qué es la vida y para qué fin vivimos.
Durante este día, concédete unas mini vacaciones de cinco a 10 minutos. Quédate solo, tranquilo y escucha lo que te dice Dios. Dedica tiempo para estar a solas con Dios. Marco Tulio Cicerón afirmaba que: 'Una vida feliz consiste en tranquilidad de la mente.'"
El mal de nuestro tiempo se llama estrés y es causado por un mundo que en la comercialización de los productos nos inculca la idea de que todo es rápido: "adelgaza en una semana", "te llevamos la comida en 30 minutos", "fortalece tus músculos en 7 días"... Lo que la publicidad no dice es que "rápido" no significa "mejor", tampoco garantiza el goce de una vida con mejor calidad.
En un mundo donde queremos que las cosas se muevan tan velozmente, lo que conseguimos es desconectarnos de nuestro interior. Nuestro espíritu tiene sus tiempos: tiempo de trabajar, tiempo de amar, tiempo de comer, tiempo de dormir, tiempo de descansar, tiempo de leer, tiempo de reír... tiempo de orar.
Diariamente no sólo le des tiempo a tu trabajo, amigos o familia, también ten la sabiduría de darte tiempo para ti mismo, para escuchar "la voz de tu corazón" que te lleva a una reconfortante paz interior.
Me parece risible cuando escucho a la gente decir: "Vamos a matar el tiempo", qué cosa más desastrosa que ignoren que el tiempo 'con tus prisas y pausas' sirve para construir tu historia, es tu mejor aliado en el encuentro con tu salud, tu felicidad, con la prosperidad, con la abundancia de bienes y con el éxito que el universo tiene preparado para ti.
Andar de prisa, a la carrera, sólo te lleva a auto-sabotear las oportunidades que la vida ofrece para tu natural crecimiento; por el contrario, si tienes la humildad de darle tiempo a tu tiempo, iniciarás a disfrutar el paisaje, a ver más allá de lo ordinario, encontrándote con lo extraordinario del universo, verás la vida desde la perspectiva del optimismo, encontrarás el sentido de tu existencia, sabiendo que tu misión principia, no por cambiar tu entorno, sino dándole los tiempos justos a tu existencia para renovarte a ti.
Cuando tomes la decisión de darle los tiempos a tu vida, como por arte de magia llegarán a ti los medios para tu natural crecimiento. Las abuelas de Güémez 'que bien ejercen el viejo oficio de aconsejar', recomiendan: "Cada día ten la humildad de darle tiempo a tu vida para ver hacia tu interior y hacia el cielo, que el día menos pensado... verás a Dios."