Dar lo justo
¿Qué tan importante es el sexo en la pareja? Tanto como comer, dormir, descansar, divertirse y otras necesidades que suman Fisiología con Psicología. Es decir, lo requieren el cuerpo y la mente de cada uno para experimentar eso que llamamos bienestar personal. Por eso es vital dar y recibir lo justo en el erotismo compartido.
Si la vida sexual es insatisfactoria, la vida individual y de pareja también lo será. No obstante muchas personas descuidan este aspecto, lo minimizan y evitan ponerse a pensar en si su ‘media naranja’ se siente complacida o no con la manera en que llevan su intimidad.
Cuando dos seres humanos establecen el compromiso de estar juntos y así unidos buscar su bienestar, una parte intrínseca de ese convenio es trabajar por la mutua complacencia erótica. Dicho de otro modo, en todo acuerdo de pareja va incluida una sexualidad placentera para ambos. El deleite físico es un camino de dos vías y requiere del ajuste de voluntades, tiempos, formas de goce. Sin un pacto en ese sentido, uno presionará al otro y éste a su vez pondrá trabas; la intimidad sexual frenada sólo tiene un destino: el tedio.
Un error frecuente es evadir el tema. Quien se siente descontento reclama, pero su contraparte le da evasivas. Sin embargo no hay justificación válida para aquél que percibe la falta de dosis de cariño íntimo. Ningún matrimonio perdurará si tiene que luchar contra esos gigantes llamados excusas.
En la naturaleza humana no hay mayor goce que el orgasmo. Sin clímax la relación irá perdiendo calidad y finalmente terminará mal, resintiendo el rechazo o languideciendo, amargándose.
EXCUSAS FRECUENTES
Que su vida erótica no se vea afectada por descuidar el compromiso de atenderla como se debe. Revise la siguiente lista de excusas frecuentes a la hora de evadir los encuentros sexuales o la conversación al respecto. Si descubre que a menudo las usa con su consorte o consigo mismo, preste atención y haga algo al respecto.
Estoy cansado
Un “estoy cansado” provoca enojo en quien lo escucha, pues se siente rechazado. Tal vez sea cierto que usted se sienta agotado, pero ese argumento es fácilmente rebatible: “¡Pues descansa, caray, y luego ponte las pilas!”.
La actividad laboral puede ser extenuante. Para combatir el desfallecimiento es preciso el descanso... así como experimentar tórridos eventos sexuales con su cónyuge. Estos le brindarán la sensación de saber que todo el esfuerzo vale la pena. Si no, ¿para qué tanto trabajo?
Ya lo sabe: si el tren de vida que lleva lo consume, busque una solución para satisfacer a su pareja; con ello, usted renovará su energía
No tengo tiempo
La solución: flexibilidad de adaptación a una actividad erótica programada. Dicho de otro modo, muchos amantes acuerdan tener sexo a horas distintas a las ‘tradicionales’, por ejemplo en las mañanas. O bien se despiertan en la madrugada para ‘atenderse’, o se citan con cierta frecuencia en hoteles, aprovechando algún espacio libre en su agenda.
Tengo mucho estrés
Inseguridad, incertidumbre ante el desempleo y la crisis, noticias graves y alarmantes, son el pan de cada día. Vivimos inmersos en la tensión nerviosa.
Algunos hallan el remedio en un cambio de actitud ante la existencia, buscando la parte divertida del erotismo y no dejándose llevar por la tensión. Pero otros más requieren de apoyo profesional, médico o psicológico. Posponer la búsqueda de ayuda puede dar al traste a su matrimonio. Si cree necesitar apoyo búsquelo inmediatamente.
Haciéndose tarugo solo
Algunos son excelentes para engañarse a sí mismos diciéndose: “Esto del sexo no es importante dentro del matrimonio”. Usted no puede tomar decisiones de valor por su pareja. A él o ella le importa gozar; contribuya a su satisfacción. No coarte ni condicione a su compañero. Considerar valioso únicamente lo que usted piensa y relegar al otro a un segundo plano, agravará el distanciamiento que exista en su relación.
Usando el sarcasmo
“¡Pero si ya lo hicimos el martes de la semana pasada!”. Razonamientos como ése descartan a su ‘otra mitad’, lo convierten en un simple espectador de su sexualidad. ¿Quién le dijo a usted cuántas veces por semana es suficiente para sentirse contento? Tener sólo su propio criterio como base es hacer a un lado a su compañero. Piense: ¿cuántas veces come al día? Y ¿cuántas veces al día le demuestra a su esposo(a) el amor y deseo que siente por él o ella?
El sarcasmo es frecuente en las parejas con problemas en la comunicación sexual. Hacer comentarios mordaces para justificar el bajo apetito sexual o disminuir al otro o a sí mismo, empeorará las cosas. Cuando hable con su consorte busque ser constructor de puentes de comprensión y no de alejamientos.
NO ESPERE A QUE LE PIDAN
No todo en la relación de pareja es coito. Influyen mucho los detalles que se tengan día con día para desear los encuentros íntimos. Todo par de amantes que desee una vida sexual plena tiene que dar lo mejor de sí en cada momento que se comparta, dentro de la cama o fuera de ella. Sin embargo la sexualidad placentera es parte fundamental del cemento que mantiene unidos y felices a dos que se aman.
No espere a que su compañero le pida darle lo justo en lo que se refiere a erotismo. Entregar lo mejor de sí sexualmente siempre tiene un excelente pago: redescubrir el enorme deleite que puede provocar en su pareja y gozar el propio.
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