En la Plaza Tahrir, centro de las protestas, la gente se organiza para limpiar y pintar tras 18 días de manifestaciones que culimnaron con la renuncia del presidente Hosni Mubarak.
Ahora los militares en el Gobierno prometieron ayer entregar el poder a un Gobierno civil que surja de elecciones, y aseguró a los aliados que Egipto respetará su tratado de paz con Israel después de la salida de Mubarak, en sus primeros pasos cautelosos hacia la prometida transición a la democracia.
La declaración militar sobre el Gobierno civil había sido esperada por el público y todavía miles de manifestantes permanecían en la Plaza Tahrir en el centro de El Cairo. La muchedumbre seguía manifestando su júbilo por haber desplazado del poder a Mubarak el pasado viernes tras protestas populares sin precedentes, pero a la vez prometió mantener la presión sobre los militares para que instrumenten las anheladas reformas.
Después de la declaración, la principal coalición opositora -un movimiento que reúne grupos juveniles y opositores tradicionales- dijo que pondría fin a su protesta principal en Tahrir, o Liberación, pero que convocaría a demostraciones semanales después de las plegarias de los viernes.
El grupo también enumeró sus demandas por primera vez durante una conferencia de prensa. Incluyen el levantamiento de las odiadas leyes de emergencia, la formación de un consejo presidencial y un gobierno de unidad de base amplia, la disolución del parlamento y la creación de un comité para reformar o reescribir la Constitución. Reclamaron reformas para asegurar la libertad de prensa, la libertad para formar partidos políticos, e instituciones informativas más transparentes.
La coalición también pidió investigar denuncias de corrupción dentro del régimen y reclamó el juicio de los funcionarios responsables de la muerte de manifestantes.
Algunos manifestantes no vinculados con la coalición dijeron que permanecerán acampados en Tahrir.
En una presentación por la televisión estatal, un vocero militar dijo que el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas pidió al Gobierno designado por Mubarak que sigan funcionando hasta que se forme uno nuevo. La medida parece inclinada a mantener el funcionamiento del Estado y la economía mientras se designa una administración transitoria.
Los manifestantes han reclamado medidas enérgicas para asegurar que Egipto avance hacia una democracia verdadera después de casi 30 años de Gobierno autocrático de Mubarak y su partido gobernante.
Los militares también dijeron que respetarán los acuerdos internacionales.
En Jerusalén, el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu elogió la declaración, señalando que el tratado egipcio-israelí "ha contribuido grandemente a los dos países y es la piedra angular de la paz y la estabilidad en el Oriente Medio''.
Israel y Egipto se enfrentaron en cuatro guerras antes de firmar el tratado en 1979.