E N las últimas ocho semanas recibí de una manera verdaderamente inusual gran cantidad de información sobre el uso de la bicicleta. Sin proponérmelo, me reventé dos conferencias sobre la bicicleta como medio de transporte sustentable, tuve la oportunidad de caminar por Reforma en la ciudad de México y observar el carril exclusivo de las bicis en un agresivo intento de promoverlas como un sistema de transporte urbano individual, que puede ser utilizado como complemento a la red de transporte público de la Ciudad de México. He asistido casi todos los domingos al Paseo Colón y he disfrutado de paseos en bicicleta. Y para terminar este relato, he sido testigo de la integración de un grupo de ciclistas que ahora se hacen llamar Las Ruedas del Desierto. Se trata de una agrupación que promueve el uso de las bicis para generar un movimiento encaminado a disminuir el uso de vehículos automotores y con ello la contaminación del aire y las emisiones de gases de efecto de invernadero, que tanto daño ocasionan a la atmósfera provocando el calentamiento del aire y cambios climáticos tanto locales como globales.
De acuerdo con las Ruedas del Desierto, la bicicleta es un medio de transporte sustentable porque "contribuye a mejorar la calidad de vida de las personas, y porque aporta los siguientes beneficios:
O Es un vehículo silencioso, limpio, sano, accesible y sostenible.
O Es buena para el medio ambiente, para la salud y para la economía.
O Ayuda a reducir la congestión en las ciudades y a hacer el tráfico más seguro y fluido.
O Mejora la cohesión social y permite mayor independencia y libertad.
O Precisa poco espacio de estacionamiento y mejora la calidad de los espacios públicos.
O Es un vehículo de movilidad muy eficaz para distancias medias y cortas.
O Aumenta las oportunidades de ocio, deporte y turism Mejora la salud física y mental: pedalear 30 minutos al día reduce el riesgo de infarto, combate la obesidad y es un eficaz anti-estrés."
Está plenamente demostrado que la bici, en distancias medias y cortas, es el medio de transporte más eficiente. Si utilizamos los huevos como unidad de medida para comparar los diferentes medios de transporte, resulta que para recorrer en bicicleta cinco kilómetros se necesita únicamente un huevo, ¿qué significa esto?, que se necesitan aproximadamente 80 calorías; en cambio si la misma distancia la recorremos a pie requeriremos gastar el equivalente a tres huevos, en autobús el gasto es de 24 huevos y en un automóvil mediano de 42 huevos.
Por desgracia, el uso de la bicicleta en un ambiente saturado de coches como el de la Comarca Lagunera, resulta en una actividad de alto riesgo, que limita el crecimiento de su utilización. En este sentido, debe reconocerse el valor y esfuerzo de los miles de ciclistas que se aventuran por necesidad y/o convicción a los arroyos construidos única y exclusivamente para la circulación de vehículos automotor. Es urgente que se considere el uso de la bicicleta en los planes de movilidad que se están realizando o que se piensan realizar en el ordenamiento de la zona metropolitana. Se trata de incorporar también el ahorro energético como indicador de eficiencia energética en los planes en ciernes, y poder evaluar en un momento dado sus implicaciones en la reducción de gases de efecto de invernadero, aspecto que hasta hoy ha estado ausente en la planificación urbana de la desordenada zona metropolitana.
El diseño y construcción de espacios seguros para circular sin miedo de ser arrollado, es quizá la primera tarea que deberá tomarse en cuenta. No es un proyecto costoso, en otros lugares se ha tomado un espacio a la calle mediante la construcción de un camellón que separa el carril de las bicis del resto de los carriles. Quizá el diseño sea la etapa más importante. Existen programas bien planeados en otras partes del mundo que están teniendo éxito como transporte urbano individual alternativo, desde luego podemos mencionar el Bicing de Barcelona y el Ecobici de la ciudad de México. ¿Por qué no revisarlos?, dicen que cuando se quiere resolver un problema la primera alternativa es voltear a ver lo que está haciendo el vecino y cómo le está yendo, no tenemos que inventar el hilo negro.