El índice Big Mac puede ser bastante provechoso para entender las políticas cambiarias de una nación y sus efectos a largo plazo.
Para la mayoría de las personas el nombre Big Mac trae a la mente la imagen de una jugosa hamburguesa; no obstante, en el mundo financiero hace tiempo se ha adoptado como un indicador para entender el estado real en el poder de compra que posee cada país.
¿Qué es lo que determina que un trabajador en México en iguales condiciones que otro en Estados Unidos tenga menores posibilidades económicas? O bien, ¿por qué en Irlanda una familia de clase media puede realizar un viaje a Hawai y una en Perú no? ¿Cómo es posible qué en algunas regiones sea un lujo comer una hamburguesa hecha con el mismo estándar de calidad que en otros sitios donde se le considera comida barata? La respuesta radica en el poder de compra.
Éste se define como la capacidad que poseen los habitantes de un país para adquirir bienes con el valor de su moneda y durante años ha puesto en la mesa de debate el papel de las divisas a nivel mundial. En términos macroeconómicos, el tipo de cambio se considera el punto más sensible de una economía.
Es así que cuando el peso se deprecia con relación al dólar, se puede decir que México está perdiendo fuerza adquisitiva con respecto a Estados Unidos. En el caso contrario, se puede asegurar que está ganando facultad de compra. Esto ocurre porque el tipo de cambio tiene impacto directo en el índice general de precio de una economía. Sin embargo, los expertos han cuestionado que se le se considere un indicador puro para medir la capacidad adquisitiva de una nación, debido a que en el comercio global las divisas son el medio de pago de bienes y servicios, por lo que a un país netamente exportador le convendrá tener una moneda subvaluada (con un valor por debajo del que efectivamente goza) para incrementar sus exportaciones. Mientras que uno meramente importador prefiere la sobrevaloración para importar barato.
Lo cierto es que las políticas de las economías distorsionan mucho la realidad del poder de compra. Bajo esta perspectiva, la revista inglesa The Economist elaboró hace ya 13 años un estudio titulado índice Big Mac, cuyo objetivo es medir cuándo en verdad una moneda está sobre o subvaluada, comparada con el dólar.
MAC FINANZAS
El objetivo del índice Big Mac es evidenciar los mecanismos monetarios que utilizan las naciones para mantener cierto nivel cambiario. Además se puede observar el grado adquisitivo que en verdad ostentan sus habitantes. El análisis mide el esfuerzo que cuesta hacer y comprar la famosa hamburguesa en los distintos establecimientos de McDonald’s que hay en el orbe. Se seleccionó este producto porque al pertenecer a una franquicia muestra iguales estándares de calidad en su elaboración. Hay que decir por lo tanto que el ejercicio podría llevarse a cabo con otro insumo de idénticas circunstancias, por ejemplo el café de la firma Starbucks. En este contexto, de un tiempo a la fecha se ha popularizado también el índice iPod que parte de iguales criterios, con la diferencia de que dicho artículo se fabrica en un solo lugar, y no en cada sitio donde se consume.
Pese a no tener un grado científico, el índice Big Mac se basa en la teoría de la paridad del poder adquisitivo (PPA), la cual asegura que un dólar convertido a moneda local (con el tipo de cambio vigente) debe comprar la misma cantidad de bienes o servicios en cualquier parte del mundo, pero en la práctica no es así.
De acuerdo a de The Economist, en enero una Big Mac en Estados Unidos costaba 3.58 dólares, mientras que en Noruega el precio era de 7.02 dólares, es decir que la corona noruega está casi 100 por ciento arriba de su valor real. Por el contrario, en China la hamburguesa cuesta 1.83 dólares, lo que implica que el yuan está 50 por ciento por debajo de su valor. En el caso del peso mexicano, dado que aquí la Big Mac cuesta el equivalente a 2.5 dólares, se puede señalar que está subvaluado en un 30 por ciento.
Conforme a este estudio, países como Malasia, Tailandia, Rusia, Taiwán, Sudáfrica y México, mantienen una política para subvaluar su moneda con objetivos puramente comerciales. Mientras que Argentina, Brasil, Noruega, Holanda, Canadá, Australia y otros optan por sobrevaluar su metálico, pues le apuestan a la importación barata de sus mercancías.
Como se aprecia, aunque el índice Big Mac posee un carácter informativo puede ser útil para tener una idea sobre lo que pasa en cuestiones financieras, lo cual en términos generales resulta complicado de entender pese a la conexión inmediata entre los indicadores macroeconómicos y lo que sucede en la economía.
LA MONEDA EN MÉXICO
El índice Big Mac puede ser bastante provechoso para entender las políticas cambiarias de una nación y sus efectos a largo plazo. Cada gobierno tiene la posibilidad de controlar el tipo de cambio o bien dejarlo a la libre oferta y demanda, como cualquier bien. Por ejemplo México en los últimos 20 años pasó de una estrategia de control a otra de libre flotación. En la experiencia histórica de nuestro país, tal enfoque ha tenido favorables resultados para la economía, sin embargo mucho se habla de que es una ‘libertad simulada’, ya que en la crisis de 2008-2009 el Banco de México tuvo que intervenir con subastas de dólares para que el tipo de cambio no se depreciara tan abruptamente; la justificación fue que se buscó ‘frenar a los especuladores’.
En cualquier caso, queda claro que aun cuando existe una libre flotación las divisas siempre están bajo la supervisión de las autoridades monetarias, mientras que el valor de una hamburguesa invariablemente estará determinado por el costo de producirla en cada región y la capacidad de la gente para comprarla.
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