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De jarabes a jarabes

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De jarabes a jarabes

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Roberto Iturriaga

A nadie le gusta tener tos, pues además de lo violentas que resultan sus ‘sacudidas’, suele provocar dolor en diversas zonas del cuerpo. Pero antes de comprar un jarabe para combatirla, es importante saber que existen diversos tipos, y aunque se vendan sin receta no todos deben tomarse por iniciativa propia.

Los cambios de estación y las consecuentes variaciones de temperatura forman parte del desarrollo regular del ambiente terrestre. A lo largo de la evolución, el organismo humano ha logrado adaptarse de forma exitosa a la mayoría de los climas en el planeta, sin embargo mantenemos un delicado equilibrio físico-químico llamado homeostasis, que al romperse causa enfermedades. Año con año la llegada del invierno nos lleva a sustituir la ropa fresca por otra más abrigadora, a fin de evitar el frío y sobre todo como una manera de proteger la salud. Pese a dicha medida, incontables individuos contraen afecciones respiratorias que ocasionan malestares tan comunes y engorrosos como la tos.

El mercado actual cuenta con una larga lista de productos para combatir dicho padecimiento (definido por el diccionario como un movimiento convulsivo y sonoro del aparato respiratorio). Podemos encontrar desde pastillas hasta jarabes con fórmulas específicas. Estos últimos se han convertido en la opción más buscada. Pero hay de jarabes a jarabes, y es importante distinguir la diferencia entre las diversas opciones.

¿CÓMO ES SU TOS?

Gran parte de los jarabes para la tos ayudan a combatirla de manera efectiva y sin complicaciones. La mayoría de los que se venden cumplen únicamente con la función de ‘fluidificar’ el exceso de mucosa en las vías respiratorias. Los riesgos al consumirlos son mínimos, de ahí que sea posible adquirirlos sin necesidad de una receta.

Una reacción secundaria común es la somnolencia ligera o sensación de cansancio. Cabe aclarar que esta secuela no es provocada por la sal principal de los jarabes sino por un componente llamado fenilefrina, incluido en muchas fórmulas para contribuir a la fluidificación. Y aunque dicho aletargamiento puede ser molesto, se considera un efecto inofensivo porque desaparece luego de algunas horas. Aun así, es fundamental estar bien informados acerca del contenido de esta clase de productos. A continuación hablaremos de las opciones que más se ven en los anaqueles.

Expectorantes

Dos de las sustancias comúnmente incluidas en los jarabes son el dextrometorfano y el ambroxol. La comunidad médica es clara al referirse a este tipo de preparaciones: si una persona tiene una infección en la garganta o en las vías respiratorias no se curará con jarabes; estos únicamente son empleados como auxiliares para expulsar las flemas (acumulaciones excesivas de mucosa por una infección). A esto se le denomina expectoración, y ayuda a brindar una sensación de alivio temporal. Pero para curar la enfermedad es preciso contar con un tratamiento antibiótico específico, que sólo puede ser indicado por un doctor.

En principio ninguno de los dos tiene contraindicaciones graves; sin embargo una sobredosis de estas sales (y de cualquier otra, como el benzonatato, la bromhexina, etcétera) sí podría ocasionar intoxicaciones.

En algunas personas el dextrometorfano genera mareo, náusea y malestares gastrointestinales, por ello está contraindicado para gente con gastritis o úlceras.

Disponible, pero no es para todos

Existen fórmulas que además de funcionar como expectorantes ofrecen abrir las vías respiratorias al instante. Estos productos fueron desarrollados durante el siglo XX como auxiliares inmediatos en pacientes con rinitis, asma, obstrucciones bronquiales crónicas y afecciones similares.

El más conocido de este grupo es el salbutamol, una sustancia que además de generar el reflejo de la tos induce la dilatación del canal respiratorio, lo cual brinda un mayor paso de aire de forma inmediata y eficaz para evitar desmayos y ataques posteriores ante una eventual crisis.

El salbutamol ha demostrado ser un efectivo auxiliar en los pacientes que lo utilizan. Sin embargo no está indicado para cualquier persona, no debe comprarse ‘a la ligera’ ni considerarse una primera opción ante la tos, pues aunque se vende sin receta tiene varios riesgos. Por ejemplo, las embarazadas y la gente con problemas cardiacos pueden sufrir complicaciones en su condición. También está contraindicado para pacientes de diabetes, Parkinson e hipertiroidismo. Aun quienes no sufren ninguna de esas enfermedades pueden presentar reacciones como temblor, mareo, taquicardia, calambres y dolor de cabeza. Es por ello que en todos los casos el salbutamol debe de ser prescrito por un especialista. Su consumo arbitrario y sin medida establecida acarrea consecuencias graves para la salud.

LOS NATURALES

En los últimos años ha proliferado la popularidad de los jarabes hechos a base de ingredientes naturales, por lo general procedentes de la herbolaria: manzanilla, hierbabuena, limón, menta, miel de abeja. Comparten el objetivo de reducir la tos y aliviar la irritación que suele presentarse tras varios días de toser.

Es recomendable que al adquirir esta clase de productos se verifique que sean elaborados por alguna marca certificada, sobre todo para tener certeza de que fueron fabricados con higiene.

No se han detectado efectos secundarios por el consumo de jarabes naturales, sin importar si se trata de dosis altas o ligeras, ya que su fórmula carece de elementos químicos; su única función es lubricar la garganta, la faringe y las vías respiratorias resecas.

A LA HORA DE ELEGIR

Actualmente es común que algunos fármacos expectorantes se acompañen de sustancias naturales. Son los llamados “doble o triple función”, que además de permitir la reducción de las flemas, brindan una sensación de alivio y tienen un sabor más agradable. Estos productos son los más populares en el mercado de los jarabes contra la tos.

Independientemente de la variedad de opciones, cuando aparece la tos es elemental no perder de vista que por más molesta que ésta sea, es solamente el síntoma de un padecimiento respiratorio. Por ello antes de correr a la farmacia, tienda o supermercado, lo ideal es contar con la opinión profesional de un médico, para saber cómo erradicar el problema desde la raíz.

Correo-e: riturriaga@elsiglodetorreon.com.mx

Fuente: Médico Otorrinolaringólogo Miguel Ángel Murillo, miembro del Consejo Mexicano de Otorrinolaringología; Diccionario de Especialidades Farmacéuticas (Thompson PLM, 2008).

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