El anticiparse a los acontecimientos, tan naturales en el ser humano y en el entorno donde vive.
Es una tarea de tanta importancia, que todos los pueblos, por avanzados o atrasados, le han puesto especial atención, conforme a sus capacidades y sus bienes.
Cómo olvidar las siempre interesantes pláticas que teníamos periódicamente con el Ing. Harry de la Peña, uno de los pilares con que contamos para la elaboración de tantos artículos de investigación que fuimos presentando en este Diario, durante varios años.
No olvide, -nos decía Harry- que vivimos en una gigantesca pelota, que anda viajando sin descanso por el firmamento, y en esta nave hay muchas cosas que periódicamente están cambiando, modificando entornos, climas y ambientes.
Se refería a este planeta que todo el tiempo se mueve en su órbita alrededor del sol.
Y sus comentarios venían más apropiados cuando ocurrían terremotos y cuando hicieron su aparición los famosos "tsunamies".
Harry hacía sus propias deducciones y las iba anotando en sus cuadernos, pues pensaba escribir, primero artículos y posteriormente elaborar un libro.
Con él fuimos a muchos lugares, planteles, teatros y auditorios donde daba sus famosas pláticas sobre la Zona del Silencio, la cual ubicó en las cercanías de Ceballos, Dgo.
Harry se preocupaba por lo que ocurría y nos consta que en muchos lugares, como en Ciudad del Carmen, Campeche, a donde fuimos invitados por el Ing. Alejandro Saucedo, originario de Ceballos, advirtió de los peligros que representaba vivir en un planeta inestable y que todavía tenía ajustes en su estructura.
Esto lo trajo a colación sobre una plataforma petrolera en la que estábamos en aquella ocasión, y ahí habló largamente del famoso ajuste de las placas tectónicas de nuestro planeta, que nunca terminaban de acomodarse, provocando sismos y maremotos.
Todo esto nos vino a la mente al ver las impactantes escenas de lo que ha ocurrido en Japón, precisamente donde hace poco estuvo nuestra querida Danielita, gozando de las maravillas de un país hermoso y gozando de la hospitalidad de un pueblo que ama a México y a los mexicanos.
Danielita nos mostraba las fotos que tomó en su viaje y nos decía: Todo esto ha quedado destruido.
Por ello, las medidas preventivas, lo que pueda realizarse antes de será siempre de gran ayuda en casos difíciles, que seguirán presentándose en un planeta que sigue en movimiento y buscando su propia estabilidad.