Noventa años.
Pronto los cumplirá este diario, pues fue un 28 de Febrero de 1922 cuando nació, con el nombre de El Siglo
Pocos años después de su nacimiento, don Antonio de Juambelz, quien habia adquirido el diario de su fundador, don Joaquín Moreno, la agregó al nombre el de esta ciudad.
Nos platicaba don Antonio que era un homenaje y un reconocimiento a la ciudad que lo había acogido como uno más de sus hijos, y quería luchar sin descanso para hacer de El Siglo no sólo un gran periódico, sino un defensor de la comunidad, y que se reconociera por todo nuestro territorio nacional.
Eran años difíciles cuando nació este Diario, la estabilidad política tardaba en llegar así que en sus primeros años, este diario, al igual que otros independientes, sufrían del acoso de algunos que estaban en puestos gubernamentales, que no gustaban de la crítica ni sabían ni entendían de la libertad de prensa, aún en pañales.
Llegamos aqui poco después que El Siglo celebró sus primeros veinticinco años, ya instalado en modernas instalaciones después de dejar las que tuvo por el sector del famoso Mercado Alianza.
Aquí estaban muchos de sus fundadores, que nos hablaban con nostalgia del viejo edificio que habitaron por la calle Múzquiz, y nos mostraban fotos del lugar. Estaban por ejemplo don Alfonso Esparza, Minerva Guajardo, la señor Mayorga, Jesusita Sáenz y Carmen Castañeda.
También Antonio "El Panzón" López, don Rodolfo Guzmán y JoaquínSánchez Matamoros.
Era un deleite sentarnos por las noches a platicar de los viejos tiempos que vivieron, cuando "El Siglo" era todavía menor de edad.
El lugar favorito por las noches era una carrucha de madera, que todos nos disputábamos, porque en ella tomábamos un respiro y luego en la madrugada ese improvisado vehículo, con ruedas de fierro,servía para llevar paquetes de periódicos a las centrales camioneras que estban por la Avenida Presidente Carranza, junto a la vieja estación del ferrocarril.
La próxima semana seguiremos platicándoles de la forma en que El Siglo se fue transformando, teniendo un poquito de mérito nosotros, porque aprendimos temprano el idioma inglés y nos servía para hacerla de medio interprete, entre los técnicos que venían de Estados Unidos y nuestros queridos e inolvidables compañeros.