Temprano
Apenas llegando a esta Casa nos dimos cuenta que la habitaban personajes importantes, empezando con su propietario y siguiendo con sus empleados.
Después de don Antonio y don Alfonso, nos llamó la atención la personalidad de varios, especialmente de cuatro de ellos.
Uno, don Joaquín Sánchez Matamoros era ejemplo de lo que es capaz un ser humano, dotado de capacidades especiales, con una mente como no la hemos conocido en otras partes.
Otro era Amador Robles Santibáñez "El Güero" quien había sido jefe del taller al que llegábamos y que por ese tiempo ocupaba alto puesto en la capital de la República dada su habilidad para manejar la política y las cuestiones laborales.
Otro era Antonio López "El Panzón", encargado de administrar los dineros del sindicato y quien hacía los préstamos a los trabajadores, pero lo que más sobresalía de él era su carácter alegre, despreocupado que lo inundaban de simpatías mil.
Y el cuarto era don Rodolfo Guzmán, señor, "El Jefe", mejor dicho "El Gran Jefe" porque adoptaba a todo mundo, especialmente a nosotros los "fregados". Como sabía que varios no comíamos lo suficiente para salir avantes, nos turnaba para traerle su cena, la que le enviaban de su casa cercana en gran canasta, donde había de todo para que comieran seis. Su familia sabía que don Rodolfo, por sus problemas intestinales casi no probaba alimento, pero no así sus consentidos, entre los que pronto nos apuntamos y fuimos de los más "apapachados". Dios lo tenga en su gloria y le recompense todo lo que hizo por muchos de nosotros.
Don Joaquin fue uno de esos seres que El Señor escoge para mostrarle al mundo que cuando hay deseos de superación, todo puede alcanzarse. Decían que muy joven dormía bajo las mesas de Formación y que estudiaba casi sin luz. Nunca pasó por una universidad y fue uno de los mejores matemáticos, físicos, astrónomos y demás que haya tenido México.
"El Güero" Robles llegó a tener su propio avión y algunas veces nos invitó a que trabajáramos a su lado en la Ciudad de México, pero lo nuestro era esto.
El "Panzón!" López nos quiso mucho y pronosticó que llegaríamos a donde muchos aspiraron y no lograron. El otro día, Toño, su hijo, que vive en el D.F. vino a recordarnos la figura de su querido padre.
Y de don Rodolfo Guzmán habrá un recuerdo eterno de agradecimiento, porque siempre como él decía, uno vive mientras haya quien lo quiera.
Ya seguiremos hablando de más cosas de esta querida casa y sus personajes.