Octubre
Acaba de nacer y ya lo estamos disfrutando a plenitud.
Es uno de los meses preferidos por nosotros.
Como que nos acerca más con todo lo que amamos y queremos.
Lo mismo seres que cosas que tanto hemos cuidado.
Es por este tiempo cuando nos gusta levantarnos más temprano y disfrutar de los amaneceres.
Y ahí estamos viendo el cielo hermoso, con esa Luna que es la más bella de todo el año.
Y es muy cierto, de las Lunas, la de Octubre es más hermosa, porque en ellas se refleja la quietud, de dos almas que han querido ser dichosas....etc. etc.
Como cada amanecer, hoy vemos que la bóveda celeste vuelve a tener modificaciones. Las cabrillas se han colocado más hacia el poniente. Son nuestra referencia obligada, y empezamos a soñar: Si fuéramos marinos, ellas nos guiarían por esos rumbos interminables llenos de azul.
Bendito suelo lagunero, en el que crecimos, nos formamos y seguimos tratando de ayudar, a los nuestros y a los demás.
Aquí en esta tierra, los amaneceres no tienen comparación.
Y no se diga los atardeceres, cuando El Señor saca sus pinceles y le da su retocada a este hermoso cielo que empieza a perder su luminosidad, entre cortinas de colores suaves y fuertes.
En este Octubre estamos deleitándonos con la lectura de un libro que nos regalaron y que se titula Inés del Alma Mía.
Qué forma de Isabel Allende de narrar las cosas de la conquista de Chile, ese hermoso país del cono sur que tanto admiramos y queremos sin conocerlo, y que un día tendremos el placer de visitarlo, para estar en su capital Santiago acompañados del buen amigo Pedro García Barros, con el que tenemos pendiente una visita a la Isla Negra, donde Pablo Neruda tuvo uno de sus domicilios.
Este Octubre es más hermoso que los demás, ¿o serán los años que nos hacen verlo y sentirlo así?