Leer
Y disfrutar hacerlo.
Porque muchos leen, pero pocos gozan de ese inmenso placer que significa saber leer bien.
Y es que la lectura no sólo proporciona enseñanzas, sino que logra el milagro de transportar al lector a lugares increíbles, a adentrarse en otros mundos, muy distintos a las que vive el lector y además permite conocer vidas y hechos de personajes de diferentes quehaceres en este nuestro universo.
Por ello, una persona que lee, tiene más recursos para disfrutar los momentos de su vida, esté donde esté.
Y cuando es estudiante, su hermosos gusto de la lectura le permitirá conocer un poco más de lo que enseñan los limitados libros de texto, carentes por su brevedad de esas experiencias que va dando la vida misma en cualquier actividad.
En un hogar, donde se tiene la costumbre de leer, periódicos, revistas, libros, habrá menos tiempo y espacio para el ocio y sus consecuencias.
Afortunadamente, en casa, todos leemos, los grandes y hasta los que apenas se asoman a este maravilloso mundo.
Esto nos permite estar mejor enterados de lo que ocurre en nuestra ciudad, en el país y en el mundo entero.
Y conocemos de familias enteras que nunca se enteran de nada, simple y sencillamente porque no gusta del buen hábito de la lectura.
Curiosamente muchas cosas empiezan bien con el uso, costumbre y gusto por leer periódicos, de ahí se pasa a las revistas especializadas y luego a los libros.
Si en cada escuela, de cualquier nivel, existieran maestros amantes de la lectura, seguramente la recomendarían para facilitarle el camino a sus alumnos, que necesitarán de este buen hábito en su vida futura.
Una de nuestras etapas más hermosas en la vida la vivimos en los años en que cursamos la Preparatoria, gracias al entusiasmo de todos nuestros maestros, en su mayoría más jóvenes que nosotros. A ellos les debemos el gusto por las buenas lecturas, como por ejemplo la entrada al mundo maravilloso de los clásicos, que mucho ayudan en la formación profesional de todas las carreras.
Si no hubiera sido por ese gusto, nunca hubiéramos pasado de cotón pinto.
