La vida
Tiene tantos misterios.
Tantas sorpresas.
Y cuando se tiene la curiosidad, el deseo de conocer, faltará tiempo para disfrutar tantas cosas.
Esto lo conocimos desde temprano.
Nos gustó siempre el campo.
Y quienes ahí viven tienen un gusto especial y diferente por las cosas, las de ellos.
Saben gozar a plenitud los amaneceres, y aún más los atardeceres, cuando elevan al cielo una plegaria con agradecimiento por haberles permitido un día más en este mundo maravilloso, que los va preparando para la eternidad, a donde quieren llegar con las manos llenas de amor.
Pero ¿cómo son sus amaneceres?
La pregunta se la hicimos aquella vez a don Rafael, nuestro inolvidable maestro que con tanto cariño nos enseñó a amar la naturaleza.
Él se quedó pensando unos segundos y revolviendo con su mano el pelo de nuestra cabeza nos dijo:
¡Ah, qué güerito, usted siempre con sus cosas, con sus preguntas!
Pues mire, al despertar estiro las manos y luego los pies, para sentir que estoy vivo. Luego rezo para que se repitan las cosas del día anterior, que son estar junto a mis seres queridos, y luego me digo a mí mismo, si ayer fue un día bueno, éste tiene que ser mucho mejor, y me hago el propósito de darle una manita a alguien, como lo hice ayer con Chonito, cuando su carrito se quedó atorado. Yo pasé por ahí y en lugar de hacerme el desentendido bajé y lo ayudé. Qué contento se puso. Hoy se presentaré algo diferente y lo haré mejor y con más gusto.
Esa noche, mientras disfrutábamos viendo tantas estrellas en el cielo, don Rafael empezó a cantar una vieja canción que tenía un mensaje de esperanza y de añoranza, luego calló y fue como si la magia del Señor hiciera aparecer un espectáculo maravilloso en el cielo, donde una estrella parecía desprenderse de su sitio para bajar a la Tierra. Fue la primera vez que vimos un meteorito.
Cómo olvidar tantas enseñanzas que tuvieron su inicio en aquel verano de nuestra niñez, donde arrancó el deseo de conocer, de aprender, de ver y relatar, lo que conservamos pues nos encanta estar en contacto con usted y con su linda familia a través de esta columna que nació hace muchos años.