Los niños
Estos pequeñines que hoy corren, brincan, y en un santiamén dejan la casa toda revuelta, son los dueños de nuestro universo.
Los consecuentamos, nos olvidamos del orden y la disciplina para dejarlos ser.
Ellos lo sienten y cuidado con quererlos meter en orden.
Si alguien lo intenta, inmediatamente van en nuestra búsqueda para quejarse.
Viven su vida y tratamos de ayudarlos a que la disfruten más.
Con el mayor, quisiéramos más agilidad en nuestras piernas para ayudarlo a prepararse para ser el ídolo que está esperando la afición futbolera.
De su hermanita, dos años menor, nos encanta su ternura que sólo ha guardado para nosotros, porque con todos los demás, sigue siguendo la famosa Juana Gallo, porque no se deja de nadie, y la Lucha Villa del vozarrón que tanto le sirve para decir en la escuela: De frente, marchen, pues es la jefa de la escolta.
Del otro querubín que ha cumplido apenas los ocho años, nos fascina su amor y entrega por las bellas artes, especialmente por el dibujo y consecuentemente la pintura. Hay que ver su habitación con exposiciones temporales donde muestra los frutos de su inagotable imaginación.
Pero donde ahora aparecen las sorpresas, día a día, es en la menor de todos, la que hace menos de un mes cumplió un año, y como no hubo muchos regalos ella nos los dio a todos porque el día que cumplió los primeros 365 días entre nosotros, fue con cada uno de la familia y nos dio un abrazo y un beso, como agradeciendo las atenciones cuidados y cariños con que la hemos tratado desde que nació. Realmente "nos apantalló y nos dejó de a seis."
Todos se preparan para la Navidad, saben los mayores que los tiempos han cambiado y que no habrá muchos regalos, pero están conscientes de que los supliremos con cariño y unidad. Y la menor está asombrada con lo que ve ahora, empezando con los árboles de Navidad que le han llamado tanto la atención y que con curiosidad voltea a pedirnos le expliquemos por qué tanto alboroto.
Será esta, una Navidad muy diferente a las anteriores, porque hay menos recursos económicos, pero a cambio hay cosas hermosas, maravillas como son la comprensión, la unidad y el amor que valen mucho más.
