Juan aún no olvida cuando regresaba a clases, después de unas largas vacaciones. En la casa, dice, todo era emoción y alegría porque a él y a sus hermanos iban a estrenar sus útiles escolares, y ayudaban a su mamá a forrar las libretas y libros con hule y cinta.
Ahora Juan Giacoman Rodríguez tiene 44 años de edad, y es padre de familia. "De verdad que en el regreso a clases todo era alegría porque íbamos a volver a ver a nuestros amigos y maestros, y porque llevábamos puras cosas nuevas, pero ahora veo que los niños y jóvenes sufren mucho cuando terminan las vacaciones".
El simple hecho de forrar los libros y los cuadernos, era motivo de alegría, dice Juan. En su época se usaban unas mochilas de cuero, "los que tenían porque habíamos quienes no. Mi abuelita nos hacía unos morrales de mezclilla y ahí nos echábamos nuestros libros".
Dice Juan que todavía le tocó tener maestros muy estrictos, de esos que educaban a "reglazos", y si se portaban mal los llevada de las "patillas" a la dirección.
"En ese entonces era permitido y eso que nos portábamos bien eh. Estuve en una escuela de gobierno y había más disciplina que ahora en muchas privadas. El maestro era una figura de respeto, y ahora los jóvenes les sacan la vuelta a los profesores o los quieren tratar como un amigo, y eso no debe ser".
Los maestros eran consejeros de la familia, incluso comían en casa de los alumnos y ayudaban a los padres en su educación.
Juan considera que ahora los alumnos tienen todas las facilidades y herramientas como el Internet, para estudiar, "pero no saben sacarle provecho. A mí me tocaron los pizarrones verdes y los gises. Para hacer una tarea iba a la biblioteca de la Alameda y ahí me pasaba todas las tardes haciendo las tareas".
Ahora, agrega Juan, los alumnos sólo copian y pegan de Wikipedia y ni siquiera se molestan en leer.
"La tecnología da acceso a mucha información pero para aprender hay que leerla, y a los alumnos de ahora no les gusta: sólo copian, pegan e imprimen. Pasan las materias pero no saben nada".
ESTUDIANTES DE HOY
Miguel Ángel Giacoman Hernández es hijo de Juan. Apenas tiene 17 años y estudia la preparatoria.
En este regreso a clases, Miguel Ángel reconoce que no está preparado. Aún no tiene listo su uniforme ni sus útiles, pero asegura que la noche de este domingo arreglará sus cosas para ir mañana a la escuela.
"Todo sigue igual que cuando salí. Sí me entusiasma regresar a clases pero creo que es suficiente con preparar mis cosas el domingo".
A veces a Miguel le hubiera gustado estudiar en la época de su padre pero sólo para conocer a los maestros de antes, porque asegura que no le gustaría ir a una biblioteca a hacer la tarea, porque ahora todo lo saca de Internet.
"La tarea la hago media hora antes de entrar a clases, y no tengo tan malas calificaciones: tengo promedio de 8", dice.
También reconoce que podría aprovechar mejor la tecnología, para ser mejor estudiante.
"Me hubiera gustado conocer a los maestros de mi papá, pero con los míos me llevo muy bien, bueno con algunos, porque me apoyan y me aconsejan, son como mis amigos".
Incluso a varios de sus maestros, los sigue a través de las redes sociales como Twitter o Facebook.
"Aunque no me hubiera gustado vivir eso de la disciplina a golpes, eso no. A nosotros ya no nos castigan, sólo nos mandan a la dirección".
PURA DIVERSIÓN
Dulce López también estudia preparatoria, y va a la misma escuela que Miguel Ángel.
Aunque dice que sí está estusiasmada por regresar a clases, reconoce que durante las vacaciones jamás estudió, "me la pasé chateando pero la verdad no leí nada".
Al igual que Miguel Ángel, Dulce en pocas ocasiones lee lo que baja de Internet para hacer sus tareas.
"La verdad es que sólo copio y pego. A vaces nos pasamos las tareas por Facebook o Messenger".
Miguel Ángel y Dulce, aseguran que sí les gusta estudiar pero no les gusta "matarse" horas frente a los libros como a los alumnos de antes, y menos invertirle horas a preparar los útiles y uniformes para este regreso a clases.
'La verdad, en las vacaciones no leí nada, me la pasé chateando con mis amigos en la computadora. Aunque sí quiero regresar a clases”. DULCE LÓPEZ estudiante
