No hay malos olores ni pelo de perro volando en el ambiente de este restaurante.
MÉXICO, D.F.- Consiente a tu mascota un fin de semana en la ciudad. Las recomendaciones incluyen tiendas, restaurantes, un hotel, hidromasaje y una librería, donde ellos son bienvenidos.
Todas las mañanas Salomón y yo, acostumbramos desayunar juntos. Hoy la mirada de ese bulldog inglés me está diciendo que quiere andar por las calles de esta ciudad conmigo. Lo voy a complacer. Tanta lealtad se merece ser recompensada, primero, con un buen desayuno en el restaurante Bow Wow Deli de la colonia Roma.
Este local fue hecho para ellos, sólo le falta un letrero con la leyenda “se permite la entrada con humanos”. Hace cinco años, Miki, la propietaria, llegó de Tokio con la idea de instalar el primer restaurante para perros.
Desde entonces, los sábados a partir de las diez de la mañana, se puede ver el restaurante lleno de mascotas y dueños. No importa el tamaño ni la raza de nuestro “amigo fiel”, eso sí, todos deben portar collar y correa.
Miki recibe a Salomón con una mesa de tamaño bajo donde coloca un recipiente con agua, el otro espacio es para el platillo que le va a preparar. Yo prefiero que él comparta conmigo la mesa. Está permitido que se suba a los sillones cafés, en los blancos no, tampoco puede colocar sus patas sobre la mesa, misma que desinfectan antes de ser ocupada por un cliente.
No hay malos olores ni pelo de perro volando en el ambiente. Una música lounge relaja a los comensales. Los ladridos son comunes.
Salomón se emociona cuando llega su pastel de cordero con glaseado de puré de papa, decorado con croquetas en forma de hueso. Para mí, una chapata de pechuga de pavo.
El día está soleado, por eso prefiero que trasladen nuestros alimentos a las mesas que están sobre la banqueta. Miki pasa a ratos para ver si le hace falta más agua a “Salo”. Ama a los perros en general, sobre todo a su galgo africano para quien comenzó a cocinar, pues es de estómago delicado. Así aprendió a preparar el sándwich de pollo y pasta de vegetales, el risotto de cordero, las galletas de avestruz y pollo, sushi, todo para consentir a las mascotas.
El fin de semana perruno lo terminamos en el Parque España. Es una área pequeña rodeada por las calles Nuevo León y Sonora; fue fundado en 1921 para conmemorar el centenario de la consumación de la Independencia y en agosto de 2009 fue declarado “Territorio de Música y Poesía”.
Kiera y Salomón se dan vuelo corriendo por la ciclopista. Para que no los atropellen, mejor los subimos al cuatriciclo que rentamos en 80 pesos la media hora. Para finalizar nos recostamos cerca de una fuente que lanza chorros de diferentes tamaños y disfrutamos de unos raspados de grosella.