Torreón Calidad del aire Peregrinaciones Tránsito y Vialidad

DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

El flemático lord inglés fue al hipódromo y apostó todo su dinero a un pura sangre. Salieron los caballos, y el del inglés tomó la delantera. Todos alrededor del lord gritaban entusiasmados; él, imperturbable, se limitaba a seguir el curso de la competencia con las manos en los bolsillos. Otro caballo alargó el tranco y alcanzó al puntero. La gente se desgañitaba animando al caballo del inglés. Éste seguía impasible, como si no hubiera apostado su fortuna en aquel lance. Todo el público saltaba sobre sus asientos; sólo el lord, las manos en los bolsillos, se mantenía impertérrito. Nariz con nariz entraron los dos caballos en la recta final. El hipódromo se venía abajo. Y el lord, como si nada. Termina al carrera y gana el caballo del inglés en un final de fotografía. Todos celebran la victoria; el lord, indiferente, ni siquiera sonreía. "¡Caray, milord! -le dice uno-. ¿Cómo puede tener usted tal calma? ¡Permítame estrechar su mano!''. El inglés saca la mano del bolsillo. El bolsillo estaba roto, y milord traía en la mano dos cositas que en la tremenda tensión se había arrancado... Babaluquitas, el hijo menor de Babalucas, llegó a la escuela con la bragueta abierta. Aunque sus compañeros le hicieron notar aquel descuido, el chiquillo no se subió el zipper. Enterada de eso la maestra le pregunta: "¿Por qué no quieres cerrarte la bragueta, Babaluquitas?''. Contesta el niño: "Es que a lo mejor se me ofrece contar hasta once, profesora''... Pasaron ya las fiestas navideñas y de año nuevo. Eso, y el hecho de que hoy es lunes, nos hace volver bruscamente al gris territorio -a veces negro- llamado realidad. Sombría se mira hoy por hoy la realidad de México. El problema de la inseguridad es cada día mayor. Todos tenemos algún amigo o familiar que vive en el extranjero, principalmente en Estados Unidos, y a quien no vemos ya por el temor que siente de venir a México. El problema de la pobreza crece cada día, sin que nadie en las esferas del Gobierno parezca recordar que la paciencia y resignada abnegación que -se dice- caracterizan al pueblo mexicano podrían acabarse de repente, y convertirse en violencia social. La corrupción se manifiesta en muchas formas, y en algunas esferas es rampante. La impunidad es ya característica de la vida mexicana, y el deprecio por la ley se ha vuelto casi general. Ciertamente el año 2011 no empieza con los mejores augurios. Nos toca a los ciudadanos, sin embargo, hacer de tripas corazón, como antes se decía para significar que en los peores tiempos es cuando debemos ejercitar nuestras mejores cualidades. Enfrentemos las actuales circunstancias con buen ánimo; busquemos en nuestro trabajo y nuestro hogar la fortaleza necesaria para enfrentar los malos tiempos, y no abdiquemos de nuestros valores y de nuestra esperanza. Éste es un mensaje de optimismo y de fe de alguien a quien una larga vida le ha enseñado que las cosas del mundo están ordenadas de manera tal que los buenos prevalezcan al fin sobre los malos. En su último día de servicio aquel soldado halló una mina explosiva puesta en el campo por el enemigo. La desactivó cuidadosamente, y luego le pidió a su capitán permiso para llevársela a su casa. "¿Para qué diablos quieres una mina en tu casa?" -se asombra el capitán. "Tengo ciertas sospechas -explica el soldado-. Al llegar a mi casa voy a activar la mina para ponerla en la puerta de atrás. Luego entraré por la del frente y gritaré: '¡Ya llegué, vieja!'. Luego me sentaré a oír la explosión"... Le pregunta la abuelita a su joven nieta: "¿Qué tal tu nuevo novio, Dulcilí?". "Es muy lindo -responde la muchacha con acento ensoñador-. Cuando estamos juntos me baja el sol, la luna y las estrellas". La señora se alarma. Inquiere preocupada: "¿Y nada más eso te baja?"... Pepito logró que Rosilita aceptara ir con él al fondo del jardín, donde nadie los podía ver. "Ya sé lo que quieres -le dice la niña con pícara sonrisa-. Quieres que juguemos a ser marido y mujer". "-No -responde Pepito-. Si jugamos a eso entonces ya no vamos a hacer nada"... Los socios del Club de Nudismo tuvieron su fiesta de fin de año. Al comenzar el baile las cosas se pusieron muy agitadas. Llega la hora de la cena y se levanta el presidente para decir su discurso. "Siento una extraña sensación al dirigirme a ustedes" -comienza emocionado. Le dice en voz baja su mujer: "Es que metiste aquellito en la taza del ponche caliente"... FIN.

Leer más de Torreón

Escrito en:

Comentar esta noticia -

Noticias relacionadas

Siglo Plus

+ Más leídas de Torreón

LECTURAS ANTERIORES

Fotografías más vistas

Videos más vistos semana

Clasificados

ID: 587985

elsiglo.mx