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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

El telón de esta columnejilla se abre hoy con un relato perteneciente a la categoría de los que no entendí. En el bar un tipo le pregunta a la chica a quien acababa de conocer: "¿Cuántas copas se necesitan para ponerte cuetita?". "Con dos o tres es suficiente -responde ella-. Pero, por favor, no me llames Cuetita". (No le entendí)... La reunión se llevó a cabo en el Museo del Desierto, de mi ciudad, Saltillo. El salón central, en uno de cuyos ángulos lucían los esqueletos de dos o tres enormes dinosaurios, se llenó con los alcaldes de los municipios turísticos más importantes del país, a quienes acompañaban los directores del ramo. Tomó la palabra el gobernador de Coahuila, Humberto Moreira Valdés, y con solemne tono, desusado en él, se dirigió a los asistentes: "Señor Presidente del Congreso del Estado... Señor Presidente del Tribunal Superior de Justicia. Señores alcaldes y funcionarios de turismo.". Hizo una pausa, y se volvió luego hacia la esquina del salón. "Estimados compañeros de partido". "¡Ah no, perdón! -se corrigió de inmediato-. ¡Esos son unos dinosaurios!". De esta broma no hace muchos meses, y ahora Moreira está ya en el camino que lo llevará a la presidencia de su partido, el PRI. Será, sin duda, un dirigente muy distinto a sus antecesores, y tratará de dar nueva imagen al priismo. Es joven; pertenece a una generación con voluntad de cambio. No es difícil augurar que por encima de inercias y tradiciones imprimirá su propio sello al cargo. Ni aun sus malquerientes niegan las cualidades que Moreira Valdés ha demostrado: la entrega absoluta a la tarea que tiene encomendada; su capacidad de trabajo; el carisma en su trato con la gente; su habilidad política, que lo ha llevado a tratar lo mismo con Fidel Castro que con Barack Obama. Bronco y claridoso -al fin norteño-, dice sin reticencias lo que piensa, pero al mismo tiempo sabe conciliar, y tiende más a la concordia que a los enfrentamientos, aunque no rehúye éstos en caso necesario. Actúa con llaneza y naturalidad, y aun a veces con desparpajo, lo cual le atrae las críticas de quienes ven en la política un ejercicio de fingimientos y solemnidades. El reto que el coahuilense tiene ahora es grande. Se moverá entre los grandes tiburones de la escena pública; enfrentará en coyunturas decisivas a una oposición beligerante que buscará imponerse a toda costa. Deberá hacer del PRI un partido verdaderamente democrático, preocupado por la pobreza y por los pobres, capaz de presentar un rostro diferente, y de entender los cambios del país. Aunque vuelva al poder, el PRI ya no puede ser el mismo. A Moreira le corresponde renovarlo... El octogenario señor se registró en el hotel. Lo acompañaba una estupenda morenaza de exuberantes formas. Cauteloso, el empleado del hotel le sugiere al añoso caballero: "¿No quiere poner también el nombre de algún familiar cercano a quien avisar en caso necesario?". La ciencia médica acaba de descubrir que en los hombres la capacidad de ver y de oír disminuye antes que el deseo sexual. Eso quiere decir que podemos seguir haciendo el amor aunque no sepamos ya con quién lo estamos haciendo... El pretencioso parroquiano se dirige al dueño de la pequeña fonda: "¿Tiene usted pato salvaje?". "No, señor -responde el tipo-. Pero si quiere le encaborono una gallina"... La linda muchacha regresó de su cita aquella noche, y se puso a escribir en su diario. Le pregunta a su mamá: "Mami: ¿cuál es el pretérito de 'virgen'?"... Don Frustracio le contó a un amigo: "Por fin anoche mi mujer mostró algo de interés cuando le estaba yo haciendo el amor". Inquiere el otro: "¿Por qué lo dices?". Explica don Frustracio: "En dos ocasiones hizo a un lado la revista que estaba leyendo"... Otra señora recibió en el lecho conyugal a su marido con el acostumbrado: "Esta noche no, querido. Me duele la cabeza". "Precisamente -responde él-. Sabiendo que me dirías eso fui al baño y me puse ahí polvos de aspirina". (Las dos palabras que a muchas casadas les gusta que diga su marido al meterse a la cama no son: "Te quiero", sino: "Hasta mañana"). FIN.

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