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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

La ávida e insaciable recién casada pregunta a su maridito después de otro apasionado match de amor: "-Dime, queridito, ¿qué quieres para nuestro primer mes de casados?". "-Llegar" -responde él con débil y temblorosa voz-... Estamos en Nueva Inglaterra, en tiempos de la colonia americana. Sale Abigail del cuarto donde fue juzgada por el severo tribunal de puritanos. "-¿Cómo te fue con los elders? -le pregunta una amiga. "-Me pusieron una A" -responde Abigail. "-¿De adúltera? -se espanta la amiga. "-No -responde muy orgullosa Abigail-. ¡De calificación!"... Un actor le dice a su colega: "-Te propongo que hagamos una obra en tres actos. En el primero se abre el telón, aparezco yo y recito un monólogo. Se cierra el telón. En el segundo se abre el telón, aparezco yo y canto. Se cierra el telón. En el tercero se abre el telón, aparezco yo y bailo. Se cierra el telón". El otro se desconcierta. "-Y ¿qué participación tengo yo? -pregunta amoscado. Replica el otro con sequedad: "-El telón no se abre ni se cierra solo"... El joven galancete se dirige al papá de su novia. "-Don Agatón: vengo a pedirle la mano de Susiflor". Pregunta el vejarrón: "-¿Se siente usted capaz, joven, de hacer feliz a mi hija?". "-¡Uh, si la viera! -replica muy orgulloso el boquirrubio-. ¡Hasta grita!"... Decían los antiguos que no debe tenerse siempre el arco en tensión. Es menester quitarle la cuerda de vez en cuando, pues si siempre se le tiene tenso el arco se aflojará al fin y al cabo y no podrá ya disparar flechas. Lo mismo sucede con nosotros: hemos de entregarnos al trabajo, porque el trabajo no es maldición, como aparece en el antiguo mito bíblico, sino gran bendición que ennoblece y da sentido a la vida de los hombres. Pero no todo puede ser trabajo. La muy manida frase enseña que "Hay que trabajar para vivir, no vivir para trabajar". Santa Teresa, gran santa y más grande aun mujer, solía decir una frase llena de sabiduría y sabrosura: "-Cuando Cristo, Cristo, y cuando perdices, perdices". Quería significar que cuando es tiempo de servir al Señor hay que entregarse plenamente a la tarea; pero ante una buena mesa o frente a cualquier otra ocasión de gozo humano se debe disfrutar el momento a plenitud y vivir con alegría aquel don de la vida. Los mexicanos decimos lo mismo de otro modo más picante y atrevido: "Un rato de Cristo y un rato de pisto". Trasladadas las cosas al trabajo, de sabios es desocuparse por completo de vez en cuando, es decir, reservarse para sí un día, o una tarde, o una hora siquiera, en que no se va a hacer absolutamente nada, en que estará uno consigo mismo, dueño de sí, gozosamente ocioso en aquel dolce far niente que los italianos dicen. Eso renovará las fuerzas y nos permitirá aplicarnos de nuevo a la tarea con alegría mayor, para lograr así más buenos frutos... En casa de doña Ignavia, nueva rica, uno de los invitados pidió cubitos de hielo para su bebida. "-Nos va usted a perdonar -le dice ella-, pero no tenemos". "-¡Cómo! -se sorprende el tipo. ¿Está descompuesto su refrigerador?". "-No, -explica Ignavia-. Se nos fue la criada, y ella tiene la receta"... Uglilia, la hija soltera de don Poseidón, era la muchacha más fea de la comarca. Cierto día llegó al pueblo un agente viajero, y a don Poseidón le gustó para yerno. Luego de un rato de conversar con él le dijo: "-Tengo una hija. El que se case con ella recibirá una dote de 500 mil pesos". El viajero mostró interés, y don Poseidón lo invitó a comer a su casa. Después de las presentaciones de rigor, y cuando Uglilia fue a la cocina a disponer las viandas, pregunta don Poseidón al viajero: "-¿Qué le pareció la muchacha?". "-La verdad -responde el tipo-, lo que ofrece usted no es una dote. Es una indemnización"... Pepito discutía con el niño vecino, Juanilito, acerca de la estatura de sus respectivos papás. Cada uno afirmaba que el suyo era más alto. "-Mi papá es tan alto -declara Juanilito- que cuando levanta el brazo toca el cielo". "-¿Y siente algo blandito?" -pregunta Pepito. "-No sé -vacila el otro niño-. Supongo que sí". Dice Pepito: "-Son los de mi papá"... (No le entendí)... FIN.

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