Meñico Maldotado invitó a una linda muchacha a pasear en su automóvil europeo. "Es deportivo -le dijo-. Compacto''. Ya en el coche, Meñico puso un disco, y repitió con orgullo: "Compacto''. Llegaron al departamento del galán. "Minimalista -repitió de nueva cuenta mostrándole el departamento-. Compacto". Llegada la hora del amoroso deliquio, Meñico dejó caer su bata con displicente ademán de seductor. Lo miró ella al natural, y luego dijo: "Hace juego con todo lo demás"... Pequeño cuento cruel. Un pollito gemía lastimeramente: "¿Dónde está mi mamá? ¡Quiero a mi mamá!''. El gallo lo reprende con enojo: ¡Cállese y no esté molestando! ¡Usted no tiene mamá! ¡Lo trajo al mundo un foco de 100 watts!''... Y, para efectos de equilibrio, un pequeño cuento feliz. La gallinita les dice a sus amigas: "Me invitaron a la fiesta de fin de año que ofrecieron los gallos del corral vecino. ¡Qué fiesta! ¡Fue hace tres semanas, y todavía estoy poniendo los huevos revueltos!''... El señor cura amonestaba a Pirulina: "Deja que la conciencia sea tu guía''. "¡Uy no, padre! -responde ella-. ¡Cada rato me voy a perder!''... Si es cierto el dato que obra en mi pequeña biblioteca de cinéfilo, el año pasado se cumplió otro centenario, junto con el de la Revolución: el de la primera película hecha en México. En efecto, en 1910 se filmó "El Grito de Dolores", con motivo del centenario de la Independencia. No sé si alguien haya recordado ese fasto cinematográfico. Exactamente 20 años después, en 1930, se filmaría "Más fuerte que el deber", de Raphael Sevilla, la primera cinta sonora del cine mexicano, un año antes que "Santa". El negativo de esa película, por desgracia, se perdió en un incendio, y entonces "Santa" es considerada el primer film sonoro mexicano, aunque hubo algunas otras, igualmente sonoras, que pasaron desapercibidas. El film sobre la trágica heroína, sufriente prostituta creada a la manera del naturalismo por el catoliquísimo don Federico Gamboa, cumple entonces 80 años en este 2011. Lo digo a manera de homenaje para el cine mexicano, que después de haber vivido una época dorada cayó en abismos de mediocridad pedestre cuando el Estado se hizo cargo de la industria. De esa caída está surgiendo ahora gracias a excelentes creadores mexicanos que han alcanzado ya fama internacional. (Nota. Escribo esto con nublados ojos, porque el último día del año vi por enésima vez "Cuando los hijos se van", y es fecha que aún tengo lágrimas en ellos. Snif, snif, snif)... En la Escuela de Animales dice el búho: "Hoy vamos a aprender a multiplicar''. Desde su banco grita el conejito: "¡Eso ya me lo sé!''... Cierto político andaba en campaña, y se le ocurrió visitar una granja, pues el distrito era agrícola. Sin mucho entusiasmo el granjero accedió a mostrarle sus instalaciones. En el recorrido, sin embargo, no decía ni una palabra. Llegaron al establo. El político, en un intento por hacer hablar al taciturno sujeto, le preguntó señalando a una vaca: "Dígame usted, don Poseidón: esta vaca, ¿da leche?''. "No la da -contesta el granjero, hosco-. Se la tenemos que sacar''... Dos amigos se encontraron después de mucho tiempo de no verse. Le pregunta uno al otro: "¿Cómo te ha ido?". "Estupendamente bien -responde el otro-. Vivo feliz con mi esposa". "Yo no me he casado -dice el primero-. Vivo con tres hermanas". Comenta el otro: "Debe ser muy aburrido vivir con tus hermanas". Aclara el amigo con salaz sonrisa: "No dije que fueran mis hermanas"... Viene ahora un cuento de color subido. Las personas púdicas deben suspender la lectura en este mismo punto. El galán se precipitó sobre la linda chica para hacerle el amor. "No tan aprisa -lo detiene la muchacha-. Hacer el amor es un arte. Es como pintar un cuadro. Se debe hacer con lentitud". Responde el tipo sin aminorar el paso: "Lo siento, pero ya no puedo contener la pintura". (No le entendí). FIN.
