Apenas ayer Pepito recibió la respuesta de Santa Claus a su cartita de Navidad. Le escribió Pepito: "Quiero que me mandes un hermanito". "Cómo no -respondió Santa en otra carta-. Mándame a tu mamá"... Don Algón entró en la florería a comprar un ramo para su secretaria. Le pidió al encargado: "Quiero una docena de rosas rojas". "Lo siento, señor -respondió el hombre-. Ésta no es una florería: es una clínica especializada en circuncisiones y vasectomías". "¿Clínica? -se molestó don Algón-. ¿Entonces por qué tienen tantas flores en el escaparate?". Le pregunta el empleado: "¿Qué otra cosa podríamos poner?"... Dulcilí, muchacha ingenua, le informó a su mamá que estaba un poquitito embarazada. "¡Pero hija! -se consternó la señora-. ¿No te dije que si tenías sexo tomaras medidas?". "Y las iba a tomar -responde llorosa Dulcilí-, pero olvidé llevar la cinta de medir"... "El triunfo es como el bautizo: borra todos los pecados". ¿Será cierto ese aforismo de política? Y otra pregunta me hago, que me persigue como eterna duda: ¿cuál es la capital de Dakota del Sur? Yo pienso que el triunfo no quita las culpas. Antes bien éstas convierten a la victoria en algo deleznable y turbio. Es atinada, entonces, la crítica que el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas hace al PRD, el partido que fundó, por las alianzas que ha trabado con el PAN. Estimo mucho, y mucho admiro, al ingeniero Cárdenas. La visita que alguna vez hizo a mi casa -la de ustedes- fue para mí un honor. "El PRD no es lo que quisimos", dice él. Y añade que esas alianzas, independientemente de los resultados electorales, van en contra de los principios perredistas, quitan al partido presencia entre la ciudadanía y le restan posibilidades de acción. Es raro ver que un político anteponga las ideas a la praxis. Generalmente lo principios se sacrifican en aras de los logros. Ese abandono de la axiología -quiero decir de los valores- degrada el ejercicio de la política, y la convierte en una sórdida búsqueda del poder por el poder mismo. Las expresiones de Cuauhtémoc Cárdenas deben ser una llamada de atención para aquellos que cambian su primogenitura por un plato de lentejas. (Ervum lens, lens esculenta, lens culinaris. La lenteja es una planta perteneciente a la familia de las leguminosas, orden dialipétalas superováricas, clase dicotiledóneas. La nación que consumía más lentejas era Rusia. Después del triunfo comunista, y tras el establecimiento del koljós -palabra formada con las sílabas iniciales de las palabras kollektivnoie, colectiva, y josiaistvo, granja-, la ración de lentejas bajó a dos por habitante al año. Las lentejas se preparan generalmente cocidas, en forma de sopa, y son de fácil digestión cuando se consumen moderadamente. Si no, pueden provocar molestos episodios de diarrea en sus diversas formas: caquéctica, cimótica, colicuativa, crapulosa, crítica, estercorácea, pituitosa, gastrógena, tubular, lientérica, premonitoria, paradójica, verminosa o tropical. Esta última se conoce en Tabasco como "pringapiés")... Un duende, gnomo o trasgo (en Irlanda "leprechaun") entró en una taberna (en Irlanda "pub"), y pidió un whiskey (en Irlanda "whisky"). Junto a él estaba sentada una mujer (en Irlanda "bean") de aspecto muy desagradable. Se le quedó mirando la mujer al gnomo, y le dijo con voz acre: "Jamás he visto un tipo tan feo como tú". El duende no respondió al insulto. Se limitó a tocar con un dedo el brazo de la arpía. "Eres ridículo -siguió diciendo la antipática mujer-. Pareces fenómeno de feria". Calló otra vez el gnomo; sólo puso otra vez el dedo en el brazo de la fiera. Ella se molestó por eso. Lo amenazó, violenta: "Si vuelves a ponerme otra vez el dedo en el brazo, te arrancaré el pene y los testículos". Habló por vez primera el leprechaun y dijo: "Los duendes no tenemos pene ni testículos". "¿Ah no? -replicó, burlona, la gorgona-. Entonces ¿cómo embarazan a sus mujeres?". "Así" -respondió el trasgo. Y puso el dedo en el brazo de la mujer. FIN.
