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DE POLÍTICA Y COSAS PEORES

ARMANDO CAMORRA

"Padezco eyaculación prematura". Así le dijo el paciente a la psiquiatra, guapa mujer de exuberantes formas. "Entiendo -tomó nota la analista-. Y dígame: ¿en qué momento termina usted?". Responde el individuo acezando con agitación: "Ya"... Fue Babalucas a una librería, y le preguntó al encargado: "¿Tienen algo de Hemingway?". Responde el muchacho: "Tengo 'El viejo y el mar'". "Hmmm -duda un momento el tonto roque-. Bueno, dame El Mar"... El tímido muchacho hizo un supremo esfuerzo de voluntad y abordó en el bar a la provocativa chica. "¿Puedo hacerle una pregunta, señorita?". "Desde luego" -replicó ella. "Si le invitara yo una copa -arriesgó el joven- ¿aceptaría usted?". "Encantada" -respondió la muchacha. "Otra pregunta -dice el chico. Si la invitara a cenar ¿aceptaría también?". "Claro que sí" -contestó. "Y si luego la invitara a bailar -prosiguió el corto galán- ¿aceptaría usted?". "También" -sonrió ella. "Y si luego la invitara a ir a mi departamento, ¿iría?". "Con gusto" -responde la muchacha con sonrisa aún más amplia. "Ahora -se atreve el joven-, le voy a hacer la pregunta de los 64 mil pesos". Le dice la muchacha: "¿Por qué no me haces mejor la pregunta de los 3 mil pesos, que es lo que cobro?"... La elección de gobernador en el estado de Guerrero fue un soberano cochinero de corrupción política y violencia. Los candidatos del PRI y el PRD echaron mano de toda suerte de malas artes para buscar el triunfo; y el candidato del PAN, que llegó al proceso electoral con una mano atrás y otra delante, se quitó las dos para hacer una risible alianza de última hora con los perredistas que niegan la legitimidad del Presidente de la República, panista él. Mayor aún se hará ese vórtice de trapacerías (¡bófonos!) si se le ocurre al PRI impugnar los resultados de la jornada electoral, que parecen claros en favor del candidato que el PRD adoptó, por más que hayan sido turbios los procedimientos que condujeron a ese resultado. Lo mismo hubiese dicho yo de haber ganado el PRI: también la victoria de su candidato habría tenido muchos asegunes, si me es permitido el uso de esa ática expresión. Mal augurio es éste para las elecciones locales que siguen, especialmente la del Estado de México, y ominoso indicio para la elección del 2012. ¡Brrrr!... Una joven mujer de Buenos Aires le dijo a su marido: "Me gustaría hacer el amor afónica". "¿Afónica? -se sorprendió el che-. ¿Qué querés decir?". Explica ella: "Sin vos"... Comentaba un sujeto: "Tengo la peor suerte del mundo". "¿Por qué?" -le pregunta alguien. Relata el individuo: "Fui con mi mujer a una de esas fiestas de parejas donde hay cambio de esposas. Los hombres pusimos en un sombrero las llaves de nuestro coche. Cada señora sacaba un llavero, y de inmediato se retiraba de la fiesta con el dueño del automóvil correspondiente. Al final del reparto sólo quedamos mi esposa, mi llavero y yo"... Sor Bette, monjita del convento de la Reverberación, pasó a mejor vida, y llegó al Cielo segura de que sería admitida en la morada celestial. San Pedro, sin embargo, la detuvo. "Tu vida fue de perfección -le dijo-. No cometiste jamás ningún pecado, pero eso fue porque no luchaste nunca contra el bien y el mal; no conociste ninguna tentación. Regresa, pues, al mundo y fúmate un cigarro. Fumar es un placer genial, sensual. Si resistes ese vicio vuelve aquí". Bajó a la Tierra sor Bette, y al día siguiente regresó. "Me fumé un cigarro -le contó a San Pedro-, y sentí asco. ¡Qué vicio ése tan feo!". "Pasaste la primera prueba -le informa el apóstol de las llaves-. Ahora ve otra vez al mundo y bébete una copa, para probar que puedes resistir el vicio de beber". Cumplió sor Bette la orden, y al siguiente día regresó. "Me bebí una copa -relató-. Sentí mareos y me dolió luego la cabeza. En verdad el vicio del alcohol es detestable". "Has superado la segunda prueba -le dice San Pedro-. Sigue la última. Ve a la Tierra y conoce bíblicamente a un varón. Si puedes vencer la concupiscencia de la carne habrás ganado la bienaventuranza eterna". Fue sor Bette a la Tierra e hizo lo que el portero celestial le había ordenado. Al día siguiente San Pedro recibió una llamada telefónica. Era sor Bette. Le dice al apóstol con alegre voz: "¡Pedrillo, creo que ahora sí tardaré algún tiempo en regresar!"... Llegó un septuagenario a la farmacia y le preguntó al encargado: "¿Tiene condones?". Responde el farmacéutico: "Sí, señor. Los hay de varias clases, marcas, precios y medidas. ¿Cómo los quiere usted?". Pregunta con vacilante voz el veterano: "¿Tiene alguno con varillas?". (No le entendí)... FIN.

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