No cejaré en mi propósito de publicar aquí el vitando cuento llamado "La Pe Muda". El reverendo Rocko Fages, pastor de la Iglesia de la Tercera Venida (no confundir con la Iglesia de la Tercera Avenida, que si no hay río a mano permite el bautizo con sifón), ha hecho alianza -cosa muy de moda- con doña Tebaida Tridua para impedir la aparición de esa historieta. Vano será su empeño; frangida su intención. No comparto la idea de Lenin, quien dijo: "La libertad es un bien valioso; tan valioso que se debe racionar". Yo pienso que la libertad debe gozar un amplio margen de sí misma. En su nombre defenderé mi derecho de dar a la luz pública aquel cuento. Esa defensa, aclaro, no será hasta la muerte. Todo debe tener un razonable límite. ¿Cuándo aparecerá dicho relato, que algunos dicen "propio de bigardos". Cuando se sepa si la suspensión provisional que ha impedido su publicación se convierte o no en definitiva. "Libidinosa et intemperans adulescentia effetum corpus tradit senectuti". ¡Qué de música tiene esta oración latina! Por ella adivinamos que la frase pertenece a Cicerón. "Una juventud lujuriosa e inmoderada trasmite a la vejez un agotado cuerpo". La reportera de "La Voz del Cosmos", periódico jocoserio y de combate publicado en Petatillo, visitó el asilo de ancianos del pueblo, y vio en un rincón al que parecía el mayor de todos. Le pidió que le hablara de su vida. "A los 15 años empecé a fumar -respondió con voz feble el ancianito-. Me fumaba más de una cajetilla diaria. Cumplidos los 16 adquirí el vicio de beber. Medio litro de alcohol al menos me tomaba cada día. Entregueme con pasión al sexo: no hubo burdel, congal, prostíbulo, casa de ramería, manfla, zumbido, mancebía o lupanar que no gozara de mi presencia cada noche. Consumía sustancias perniciosas; andaba siempre en francachelas con amigos; pasaba mucho tiempo en lugares de juego de atmósfera contaminada por el humo y los malos humores de los asistentes. Mi vida, en fin, fue luciferina". "¡Mano Poderosa! -exclamó con asombro la joven reportera, que conservaba aún las jaculatorias aprendidas de su señora abuela-. ¿Y a pesar de esa vida depravada logró llegar a esta edad? Pues ¿cuántos años tiene?". Responde con voz feble el carcamal: "Si llego a junio cumpliré los 26". ¿Por qué Estados Unidos es el único país del mundo en el que nunca ha habido un golpe de estado? ¡Porque Estados Unidos es el único país del mundo en el que no hay embajada de Estados Unidos! Si se hiciera un libro que contuviera todos los "bloopers" cometidos en su política exterior por nuestro incómodo vecino, la mera enumeración de esas risibles fallas formaría un tomo de mayor volumen que el directorio telefónico de Nueva York. Entre esos estrepitosos fracasos, dolosos y nocivos, figuraría la truculenta y torpe operación conocida como "Rápido y furioso", que daña gravemente a México, viola todas las normas del trato internacional y pone en evidencia los métodos, al mismo tiempo absurdos e inmorales, de que se valen algunas agencias oficiales norteamericanas que actúan incluso al margen de las leyes de su propio país para cumplir los fines de una oscura burocracia que todavía parece alentar ideas imperiales. Y ya no digo más. Estoy tan encaboronado que en justa venganza por esa infame acción suspendería de plano mis visitas a MacAllen, si no fuese porque ahí está la librería Barnes and Noble, y de eso sí no puedo prescindir. Aquella boda de pueblo acabó en zafarrancho. Uno de los rijosos fue llevado ante el juez, y dijo lo que había sucedido. "En el pueblo -relató- es costumbre que los amigos del novio bailen con la novia en la fiesta nupcial. Yo estaba bailando con ella cuando de pronto el novio le dio a la muchacha una terrible patada en las pompas". "¡Qué barbaridad! -se escandaliza el juzgador-. ¡Eso debe haberle dolido mucho a ella!". "¿A ella? -profiere indignado el tipo-. ¡A mí me rompió tres dedos de la mano!". FIN.