Meñico Maldotado tenía escaso capital en lo que al viril atributo se refiere. La madre naturaleza se portó con el desdichado joven como madrastra cruel, y en ese aspecto lo dotó tan pobremente que si le hubiese dado un poco menos Meñico habría tenido que pedir prestada a algún amigo la correspondiente parte incluso para hacer pipí. Contrajo matrimonio Maldotado. Al empezar la noche de las bodas dejó caer con elegante ademán la bata que lo cubría, y se mostró al natural ante su flamante mujercita. "¡Meñico! -le dijo ella con asombro-. ¿Pues dónde la dejaste?"... Babalucas estaba a cargo de una empresa funeraria. Cierta mañana llegó un apesadumbrado caballero. "Murió mi esposa -dijo-, y quiero que se encarguen del sepelio". Respondió Babalucas: "Yo lo conozco a usted, señor, y no he olvidado que hace dos años sepultamos a su esposa, ejemplar dama, estoy seguro, pese a todos los argumentos en contrario que usted pudiera dar, y que nosotros respetamos: el cliente siempre tiene la razón. A pesar de todo, descanse en paz la señora. Dios -no la parte contraria- la haya recogido, y la tenga en su Santo Reino en el coro de sus ángeles y arcángeles, querubines y serafines, virtudes, tronos, potestades, principados y dominaciones, etcétera. ¿Y ahora viene usted otra vez a pedirnos que demos sepultura a su esposa? ¿Acaso se le salió?". "No -replica con voz triste el caballero"-. "Es que me volví a casar". "¡Ah! -exclama alegremente Babalucas dándole un fuerte abrazo-. ¡Felicidades!"... Todas las generalizaciones son falsas. Esa frase es una generalización. Por lo tanto es falsa. ¡Carajo, con los silogismos hay que joderse! Digamos entonces, con mayor cautela, que muchas generalizaciones son falsas. Quizá la que voy a hacer sea una de ellas, pero si me preguntan quién fue el gran perdedor en la elección de la dirigencia nacional del PRD, yo no diré que fue Marcelo Ebrard: diré que todos los perredistas perdieron. El forzado matrimonio entre el nuevo Chucho y la señora Lola (o sea Bejarano el de las ligas), dará lugar a más conflictos que los que suele haber entre esposos malavenidos, y no sólo será causa de que sigan las divisiones en el PRD, sino antes bien las ahondará aún más. El mayor trabajo de Zambrano será ahora evitar que López Obrador, vía Padierna, le arranque el PRD, con mengua quizá total para las aspiraciones de Marcelo. Tampoco AMLO resulta el ganador de esa contienda interna. La izquierda -o lo que queda de ella- se fracciona una vez más, y da la impresión clara de que toda su actividad política se reduce a arreglos bajo cuerda para el reparto de jugosísimos botines, como son los dineros del partido y los del Gobierno del Distrito Federal, más las abundantísimas chambas y prebendas que tales entes pueden repartir. Imaginemos lo que sería del País si cayera en manos de esas cerreras tribus a través de cualquiera de sus dos aspirantes a la Presidencia, Ebrard o López Obrador. En ese caso sí podemos hacer una generalización, y repetir una piadosa jaculatoria antigua: ¡Dios nos agarre a todos confesados!... Avaricio Matatías, hombre tacaño, cicatero, iba por la calle. Un astroso individuo le dijo con quejumbrosa voz: "Perdone, caballero. Hace tres días que no como". Le respondió Avaricio con magnánimo acento: "Está usted perdonado, buen hombre"... Lord Cuntstruck McCuckold se hallaba en el lecho de la última agonía. Le pidió a lady Jezebel Harridan, su esposa, que se sentara a un lado, y luego le dijo con voz feble: "Mujer: tenemos nueve hijos. Todos se parecen entre sí excepto el menor, que es diferente a los demás. Ahora que ya me voy del mundo te suplico me digas la verdad: esa criatura ¿es hijo de otro hombre?". "Sí" -respondió bastante apenada lady Jezebel al tiempo que bajaba la cabeza, cosa que aprovechó para ver si no traía arrugas en las medias. "¡Lo sabía! -gimió el lord con el último aliento, o en el mejor de los casos el penúltimo-. ¿Quién es el padre de ese niño?". Respondió lady Jezebel con mayor pena: "Tú"... FIN.